Desde que se
iniciamos el proyecto del blog, ya hace casi tres años y medio, hemos publicado
en varias oportunidades, ensayos relacionados a las heridas producidas por
proyectiles de arma de fuego. En cada
uno de esos ensayos se han abordado aspectos importantes, por ejemplo, en
algunos hemos sido más explícitos en la descripción de las heridas, en otros
nos hemos enfocado más en el cálculo de la distancia de disparo, sin embargo y
hasta la fecha, no habíamos publicado uno que enfocara el tema en general; es
por ello, que para esta oportunidad hablaremos de cada uno de los detalles que
brindan importancia a una herida producida por un proyectil de arma de fuego,
ya sea arma larga o arma corta.
El ensayo podrá parecer
relativamente extenso, pero conforme el lector se adentre en el tema, surgirán
más inquietudes y sobre todo, surgirá su deseo por la búsqueda de más
información, así que las posibilidades de aburrimiento en el transcurso de la
lectura son poco probables, a mi consideración.
Antes de iniciar,
es importante mencionar que el tema ha sido enfocado desde el punto de vista de
la medicina forense, más no de los aspectos legales. Aclarado este asunto, comencemos…
DEFINICIÓN
Se llama arma de
fuego a la que utiliza la energía liberada a partir de la combustión de la
pólvora para lanzar un proyectil a distancia.
Existen armas de
fuego portátiles y no portátiles. Las primeras pueden ser transportadas y
accionadas por un solo individuo, mientras que las segundas necesitan para esos
fines la ayuda de otra persona, un dispositivo mecánico o incluso un animal.
Dentro de las armas
portátiles se hallan las armas de fuego cortas y largas. Las armas cortas (revòlveres o pistolas) son
aquellas en las que la longitud del cañón no excede los 30 centímetros y
pueden ser utilizadas empleando una mano sin apoyo. La pistola tiene en su empuñadura un cargador
donde se almacenan los proyectiles, en cambio el revolver posee para ello un
tambor giratorio con alvéolos. En las
armas largas, también llamadas “de hombro”, el cañòn excede la longitud antes
mencionada y requieren para su utilización el apoyo y el uso de ambas manos,
respondiendo a estas características: la carabina, el fusil, la escopeta y el
rifle.
Otros conceptos
están relacionados con los términos: calibre, estría, ánima y cañón. El cañón de un arma de fuego es el elemento
que le da precisión, es un “tubo cilíndrico” cuya longitud se extiende desde el
mecanismo de percusión y/o recámara hasta el orificio distal que constituye la
boca de fuego del arma. Su interior
hueco se denomina ànima; en las escopetas es lisa pero en otras armas tiene un
“rayado” interior que se denomina estriado.
Ello sirve para imprimir un movimiento de rotación giratorio sobre su eje
al proyectil. La distancia que existe
entre dos estrías define el calibre del arma en cuestión y por ende, el tamaño
del proyectil que utiliza.
Las armas
francesas, españolas, italianas y alemanas expresan sus calibres en milímetros;
las norteamericanas en centésimas de pulgada y las inglesas en milésimas de
pulgada. Un calibre 22 (centésima de
pulgada) equivale a 5.58 mm
y un calibre .45 equivale a 1,43
mm . Hay armas 9mm
(que son menores a un calibre .38) y otras 0.457 (milésimas de pulgada) que equivale
a 1.48 mm
y muchos ejemplos más.
MECANISMOS LESIVOS DE LOS PROYECTILES
Se debe recordar la fórmula física que calcula
la energía cinética: Ec = m * V2/ 2, donde “m” es la masa (en este caso del
proyectil), por el cuadrado de la velocidad, todo ello sobre el denominador
2.
En el caso de los
proyectiles, la energía cinética debe considerarse como fuerza viva. Si se analizan los términos de la ecuación se
comprenderá que: a) a mayor fuerza viva habrá consecuente mayor efecto lesivo y
b) influye mayormente en el poder de daño el incremento de la velocidad que el
aumento de la masa del proyectil; ya que la fuerza viva se rige por el cuadrado
de la velocidad.
Con estor términos
enunciados se puede caracterizar en forma elemental y esquemática que los
proyectiles tienen sobre el cuerpo humano dos efectos:
a)
Directos: dados por la contusión y la penetración dependientes en su mayor
parte, de la masa del proyectil (peso, forma y dimensiones).
b)
Indirectos: da dos por la transferencia de los tejidos de la energía cinética que
posee el proyectil (fuerza viva) dependiente de su velocidad.
Los proyectiles que
superan los 314 metros/segundo se consideran de alta velocidad, los que son
subsónicos (< 305 metros/segundo) son de baja velocidad. En cuanto a los tipos de proyectiles, debe
conocerse que existen formas clásicas de una vaina o casquillo y un núcleo de
plomo, acero o aleaciones habitualmente ojivales; las cuales pueden estar
desnudas o encamisadas. También hay formas
especiales con punta blanda, hueca, explosiva, etc. En todos estos casos, el proyectil o munición
es único, es decir, que el disparo lanza un solo proyectil.
Ahora bien, existen
armas que cargan cartuchos como las escopetas y los pistolones. Estos cartuchos se hallan constituidos por
tres compartimientos:
a)
El que contiene la pólvora o
fulminante.
b)
El que contiene el “taco”,
cilindro de cartón, madera o plástico.
c)
El que contiene los perdigones.
Estos perdigones
son numerosos y forman la verdadera munición, por ello se considera que son
armas que disparan proyectiles de munición múltiple.
CARACTERÍSTICAS DE LAS LESIONES POR PROYECTILES DE ARMAS
DE FUEGO
Se llama balística
a la disciplina que estudia las armas, pólvoras y proyectiles con relación a su
estructura, conformación y efectos. Dada
la amplitud del campo se la divide en: balística interna, externa y de
efectos.
- Balística interna: estudia las armas, las pólvoras y proyectiles, así como el
recorrido de estos últimos dentro del arma hasta su salida por la boca el
cañón o arma de fuego.
- Balística externa: estudia el recorrido del proyectil desde la salida del arma
hasta su impacto en el blanco.
- Balística de efectos o
balística de arribada: de especial interés
médico legal, tiene por objeto el estudio de los efectos que produce en el
blanco el proyectil a su llegada al mismo.
Cuando el blanco es el organismo humano, tenemos conformadas las
lesiones por proyectiles de arma de fuego que se describirán a
continuación.
Las lesiones por
proyectiles de armas de fuego son de carácter contuso, ya que responden a la
definición genérica de las contusiones que “son la resultante del choque de un
cuerpo duro (proyectil) contra el organismo humano.”
Lesiones por proyectiles
de armas de fuego cortas (proyectil único)
Cuando el proyectil
se pone en contacto con la superficie corporal determina en primer lugar una
lesión de puerta de entra u orificio de entrada, luego efectúa un trayecto
intracorporal quedando alojado en el interior del organismo o bien sale al
exterior a través del denominado orificio de salida. La descripción señalada constituye lo que se
denomina balística de arribada, de efecto o médico legal.
- Lesión de entrada u orificio de
entrada
- Se estudian los planos de la ropa,
cutáneo y el óseo.
- Plano de la ropa
Esta descripción
tiene valor cuando el cañón del arma se halla a corta distancia. En ese caso se encuentran los signos del deshilachamiento crucial o de Rojas, de
la escarapela de Simonin y el calcado de la trama del tejido, de
Bonnet.
Deshilachamiento
crucial: se presenta en el plano de la ropa como
un orificio de bordes desgarrados a consecuencia del deshilachamiento del
tejido en forma de cruz, quemados o ahumados, cuando el disparo ha tenido lugar
con la boca del cañón del arma apoyada sobre la prenda o muy corta distancia (disparo a quemarropa).
Signo de la
escarapela (de Simonin): se ve en la cara interna
de la ropa, situada sobre la piel, cuando el disparo ha sido realizado con la
boca del cañón apoyada y consiste en dos zonas concéntricas oscuras separadas
por una clara rodeado al orificio. Es el
resultado del ahumamiento por la combustión de la pólvora.
Signo del calcado
(de Bonnet): consiste en que si la víctima usa una
prenda interior blanca y el disparo ha sido efectuado con la boca del cañón del
arma apoyada sobre una ropa inmediatamente suprayacente a dicha prenda
interior, quedando sobre esta última el dibujo de la trama del tejido de
aquella como un verdadero “calcado”.
Plano de la piel
Los signos que
aparecen son debidos al arma, al proyectil y a la pólvora y resultan de gran
trascendencia médico legal ya que a partir de ellos se puede establecer en
primer lugar que se trata de una lesión por proyectil de arma de fuego, su
ángulo de incidencia y la distancia.
Efectos del cañón
del arma
No son de
observación constante. Se conoce a este
signo bajo el nombre de “signo de Puppe-Wergarter”. Se observa cuando el disparo se efectúa con
el cañón apoyado sobre la piel y consiste en una impronta resultante de la
acción quemante del cañón del arma ya que al producirse la combustión de la
pólvora y salida del proyectil, el metal suele alcanzar alta temperatura. Dicha impronta equimótico-excoriativa
reproduce la forma del perímetro (total o parcial) del cañón del arma.
Número de orificios
de entrada
En cuanto al número
de orificios de entrada hay tantos como proyectiles hayan sido disparados,
aunque puede suceder que un solo proyectil cause orificios múltiples, cuando
atraviesa distintos puntos de clivaje, por ejemplo: miembros superiores y
tórax. El orificio de entrada puede
pasar inadvertido en la superficie corporal cuando penetra por los orificios
naturales: boca, nariz, ano, etc.
Efectos del
proyectil
Cuando el proyectil
impacta sobre la superficie de la piel vence su resistencia elástica, produciendo
una herida contusa que tiene características particulares observables a nivel
de los bordes. En efecto, por acción
exclusiva del proyectil se produce:
a)
Por acción del proyectil, un
anillo contusito-excoriativo de contusión y
b)
Por dentro y por arriba del
anterior, por depósito de impurezas que arrastra el proyectil en su salida del
arma, se produce un anillo de “enjugamiento.”
Ambos anillos superpuestos constituyen el anillo de Fisch.
En caso de que haya
cabellos o ropa interpuesta, estos elementos retendrán las impurezas por lo que
no se forma el anillo de enjugamiento.
El anillo de constusión es el que nunca falta y está presente
independientemente de la distancia el disparo, siendo además un signo que atestigua
el carácter vital de la lesión, ya que en su conformación interviene la ruptura
de los capilares de la dermis con extravasación hemática y formación de costra
serohemática, es decir, los constituyentes de una lesión equimótica y
excoriativa. La forma del orificio de
entrada dependerá de una incidencia del proyectil sobre la piel ya que si el
ángulo de incidencia es perpendicular, el anillo de Fisch será simétrico y
redondeado, mientras que si el ángulo de incidencia es agudo, será
aproximadamente oval con el ancho mayor en la zona de choque, lo que también
marca la dirección o trayectoria interna del proyectil.
Los bordes del
orificio de entrada son aproximadamente regulares e invaginados, pero si debajo
de la piel existe un plano óseo, al ocurrir el disparo estando apoyado el cañón
en la piel firmemente, se produce el “golpe de mina de Hioffman” donde los
gases de la pólvora chocan contra el plano óseo antes de que se produzca la
pérdida de la solución de la continuidad en el mismo, hacen estallar la piel,
produciéndose un orificio estrellado con bordes quemados depositándose humo
negro y granos de pólvora en su interior y en el plano óseo.
Efectos de la
pólvora
La pólvora produce
el denominado tatuaje debido a la acción de la llama, de las partículas de
pólvora incombusta y del humo negro, produciéndose la quemadura provocada por
llama, incrustación de los granos de pólvora que no entró en combustión y
depósito del negro del humo.
Hay un “tatuaje
verdadero” formado por los dos primeros elementos; se llama así porque no
desaparece con el lavado, mientras que el formado por el humor se llama
“tatuaje falso” porque si desaparece con el lavado.
Hay quemadura
cuando el disparo fue hecho a “quemarropa” o sea, a muy corta distancia,
observándose este efecto en piel y pelos porque junto con el proyectil salen
gases a alta temperatura y residuos sólidos que forman la llama.
Los granos de
pólvora que no combustionan se incrustan en la piel, rodeando el orificio de
entrada por fuera del anillo de Fisch.
Histológicamente pueden observarse a nivel de la dermis, granos
correspondientes a la pólvora. El
ahumamiento o tatuaje falso se ve alrededor del orificio de entrada cuando el
disparo fue hecho a una distancia más alejada.
La presencia de
tatuaje alrededor de un orificio es signos indubitable de orificio de entrada.
Examen del plano
óseo
Resulta de interés
médico legal los signos hallados a nivel craneal, especialmente en los casos en
que los disparos han sido efectuados a muy corta distancia. En los caos de que el disparo ha sido
efectuado con el arma apoyada, por debajo de las partes blandas y rodeando al
orificio de entrada en el cráneo se observa un anillo de ahumamiento
concéntrico de 2 a
4 mm de
diámetro de límite externo difuso denominado Signo de Benassi. Se trata
de un anillo de ahumamiento que desaparece con el lavado, pero que resiste a la
putrefacción. La importancia médico
legal de este signos es que aparece en el orificio de entrada, denotando que el
disparo fue efectuado con el arma apoyada.
A nivel óseo es
aplicable el esquema del “cono” de embudo descrito por Bonnet, según el cual,
el diámetro de los orificios (de entrada y salida) progresa como las secciones
de un cono truncado, ubicando el extremo truncado del cono en la tabla externa
del orificio de entrada y la base en la tabla externa del orificio de salida.
Resulta oportuno
destacar que hay elementos que confirman que se trata de un orificio de entrada
tanto a nivel óseo como a nivel de piel y tejidos blandos subyacentes,
consistentes en la demostración de partículas metálicas provenientes del
proyectil presentes sólo en ese lugar y no en el trayecto ni en la salida, a
través de métodos microquímicos, espectográficos y radiográficos. La positividad del resultado está dada por la
presencia de restos de cobre, plomo, hierro y níquel.
El borde del
orificio de entrada en el hueso está dirigido hacia adentro, por lo que se dice
que tiene bisel interno, mientras que en el orificio de salida, el borde está
dirigido hacia fuera, por lo que se dice que tiene bisel externo.
Es importante
destacar que del orificio de entrada en el hueso pueden partir trazos
fructuarios no siendo infrecuente observar dichos trazos en el orificio de
salida, los que pueden hacerse extensivos a todos los huesos craneales, siendo
ello la resultante de la onda expansiva al efectuarse el disparo.
Trayecto del
proyectil
En su trayecto, el
proyectil dislacera y desagarra las partes blandas (serosas, visceras,
estructuras vasculo-nerviosas) y fractura estructuras óseas. El lugar de entrada del proyectil en una
víscera está dado por una solución de continuidad que en órganos muy irrigados
como los pulmones, por ejemplo, se presenta rodeada de un anillo hemorrágico,
dado por la ruptura de los vasos y que recibe el nombre de halo hemorrágico visceral. Dicho
signo es importante por dos razones, primero porque es índice de puerta de
entrada y por otra parte es evidencia de lesión vital.
El trayecto
determinado por un proyectil está constituido por tejido necrótico hemorrágico
que tiene el mismo significado con respecto a la vitalidad que el halo
hemorrágico visceral.
En algunas
circunstancias, el proyectil puede experimentar desviaciones en su recorrido
cuando choca contra estructuras óseas o ingresa dentro de un vaso de gran
calibre. El primer caso se produce
cuando el proyectil encuentra en su recorrido, por ejemplo, costillas o huesos
del cráneo, puesto que si no tiene suficiente fuerza o es de pequeño calibre no
puede ingresar, rodear esas estructuras y salir o alojarse en lugares alejados
del lugar de entrada, recibiendo el nombre de proyectil circundante. Si el
proyectil en su trayecto ingresa en un vaso de gran calibre puede ser
arrastrado por la circulación y hallarse en un lugar alejado del sitio de
entrada. En este caso el proyectil
recibe la denominación de migratriz.
Orificio de salida
En su salida, el
proyectil determina en la piel un orificio de aspecto irregular con bordes
evertidos y con escasa infiltración hemàtica.
No se presenta el anillo de Fisch ni tatuaje. Excepcionalmente y en caso de que se produzca
la salida del proyectil en una zona de contacto corporal con una superficie
dura tal como podría ser cuando el cuerpo está apoyado en una pared o sobre el
piso en el momento de recibir el disparo, puede observarse un anillo de contusión
rodeando al orificio de salida que ha recibido el nombre de Signo de
Románese. Es la resultante del choque
del proyectil sobre una superficie dura, en el momento de la salida del cuerpo;
circunstancia que hace que se deforme parcialmente en su extremo, impactando
sobre la piel, produciendo la ruptura y formación de un halo contusivo por ese
mecanismo.
LESIONES POR PROYECTILES DE ARMAS DE FUEGO LARGAS
Como se mencionó
anteriormente, las escopetas, los pistolones y otras armas del mismo grupo
cargan cartuchos que contienen múltiples municiones de variado número y
tamaño. El calibre en estos casos se
expresa sobre la antigua base del equivalente de la cantidad de municiones
necesarias para llegar a una libra de peso.
Por ello, los calibres llevan números como 4, 7, 8, 12, 16, 20, 24 o 28;
o 12.70, 16.80, etc. Cuanto mayor es el
calibre así expresado, menor es el tamaño de la munición y mayor su
cantidad. Como ejemplo para dar una
comparación de tamaño puede decirse que un calibre 12 equivale a casi unos 19 mm y un calibre 24 a casi unos 15 mm .
Otro de los
elementos a tener en cuenta es que estas armas tienen por lo general el ánima
lisa. Cuando se dispara el cartucho,
salen conjuntamente el taco y los perdigones (municiones) en un grupo más o
menos compacto; luego de una cierta distancia, los perdigones comienzan a
separarse entre sí y continuando en progresiva divergencia, finalmente terminan
dispersándose en forma abierta abarcando un área de superficie de impacto
variable.
Cuando se recorta
el cañon de estas armas, se logra una dispersión precoz, casi inmediata de los
perdigones una vez disparada; en cambio, cuando se estrecha la parter distal
del cañón (gollete o agolletamiento) la dispersión se retarda ocurriendo una
mayor distancia. De cualquier manera,
antes o después, se produce la dispersión de las municiones, denominándose a
este hecho “rosa de dispersión”. Cada
perdigón produce una lesión de entrada cutánea equiparable a la del proyectil
único (orificio, halo de Fisch) y una trayectoria intracorpórea de penetración
variablle, siendo muy frecuentes las lesiones de salida.
Los fenómenos de
tatuaje y ahumamiento son similares. La
diferencia estriba en el estudio conjunto de la perdigonada poniendo énfasis en
la superficie abarcada por la rosa de dispersión, la cual será mayor cuanto
mayor sea la distancia a la que se realizó el disparo. Hasta una distancia de 60 cm a 1 metro , puede decirse que
el disparo ha hecho “bala”; esto quiere decir que los perdigones penetraron sin
tener dispersión o la han tenido en forma despreciable, conjuntamente o no con
la penetración del “taco” del cartucho.
Clásicamente, se
describe que la rosa de dispersión de un disparo efectuadoa una distancia de 5 metros cubre un plano de
unos 25 cm
de diámetro, a 10 metros
cubre uyn plano de unos 40 cm ,
a 15 metros
cubre un plano de unos 50 cm
y a 25 metros
cubre un plano de unos 70 cm .
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS
Es oportuno
recalcar algunos conceptos de utilidad práctica. Es fundamental recordar que en la historia
clínica de un lesionado por proyectil de arma de fuego debe constar
ineludiblemente la intervención policial.
Se aconseja colocar descriptivamente la topografía cutánea de los
orificios producidos por el o los proyectiles, sin hacer consideración alguna sobre
si se trata de entrada o salida, ya que ello no tiene ninguna incidencia
terapéutica; no obstante es de utilidad hacer la descripción de un presunto
ahumamiento, así también describir si se ha suturado el orificio o si por él ha
pasado una incisión quirúrgica.
En los partes
quirúrgicos se debe ser lo más claro y preciso posible en la descripción de las
lesiones internas por el paso del proyectil y de los procedimientos efectuados
(exéresis, anastomosis) respecto de las piezas anatòmicas extirpadas, debe
consignarse sobre la intervención policial en la boleta de remisión a los
servicios de anatomía patológica.
Todo proyectil
extraido en un acto operatorio debe ser entregado a la autoridad competente,
haciendo constancia de ello en un acta, en la historia clínica o en el parte
quirúrgico; siendo firmado por el personal de la institución interviniente y el
médico.
EL INFORME MÉDICO LEGAL EN CASO DE LAS LESIONES O MUERTE
POR PROYECTILES DE ARMAS DE FUEGO
El informe médico
legal en estos casos deberá contener:
a)
Distancia de disparo: se hace en
base a los signos hallados en el sitio de entrada, anillo de Fisch, tatuajes,
etc.
b)
Incidencia del proyectil: está
dado por las características de los signos de la entrada, especialmente por la
conformación del anillo de Fisch.
c)
Trayecto: resulta de unir los
puntos de entrada con el lugar del alojamiento del proyectil o del orificio de
salida. En la práctica se hace coincidir la “incidencia del proyectil” con el
trayecto debiendo recordarse que esa correspondencia no es absoluta en caso de
los proyectiles migratrices o circungirantes.
d)
Posición de la víctima al recibir
el disparo: se hace en base a la incidencia y el trayecto del proyectil.
e)
Grado de supervivencia y capacidad
de movimientos: deberá establecerse de acuerdo al tipo de lesiones producidas y
órganos y estructuras afectados.
f)
Orden sucesivo de las lesiones: se
debe realizar en el caso de múltiples disparos, recordando que la presencia de
una herida con hemorragia abundante y otro con escasa infiltración hace pensar
que aquella fue la primera.
g)
La diferencia entre lesiones
vitales y post mortem: ya hemos dicho que la presencia del anillo de contusión,
asi como la infiltración hemática en los planos subyacentes al orificio de
entrada, el halo hemorrágico visceral y el trayecto necrótico hemorrágico son
signos de vitalidad de las lesiones, ya que es imposible que aparezcan en los
disparos post mortem.
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