"... todavía quedan más pistas por descubrir."

martes, 20 de noviembre de 2012

LESIONES POR PROYECTILES DE ARMA DE FUEGO



Desde que se iniciamos el proyecto del blog, ya hace casi tres años y medio, hemos publicado en varias oportunidades, ensayos relacionados a las heridas producidas por proyectiles de arma de fuego.  En cada uno de esos ensayos se han abordado aspectos importantes, por ejemplo, en algunos hemos sido más explícitos en la descripción de las heridas, en otros nos hemos enfocado más en el cálculo de la distancia de disparo, sin embargo y hasta la fecha, no habíamos publicado uno que enfocara el tema en general; es por ello, que para esta oportunidad hablaremos de cada uno de los detalles que brindan importancia a una herida producida por un proyectil de arma de fuego, ya sea arma larga o arma corta. 

El ensayo podrá parecer relativamente extenso, pero conforme el lector se adentre en el tema, surgirán más inquietudes y sobre todo, surgirá su deseo por la búsqueda de más información, así que las posibilidades de aburrimiento en el transcurso de la lectura son poco probables, a mi consideración. 

Antes de iniciar, es importante mencionar que el tema ha sido enfocado desde el punto de vista de la medicina forense, más no de los aspectos legales.  Aclarado este asunto, comencemos…

DEFINICIÓN

Se llama arma de fuego a la que utiliza la energía liberada a partir de la combustión de la pólvora para lanzar un proyectil a distancia.

Existen armas de fuego portátiles y no portátiles.  Las primeras pueden ser transportadas y accionadas por un solo individuo, mientras que las segundas necesitan para esos fines la ayuda de otra persona, un dispositivo mecánico o incluso un animal.

Dentro de las armas portátiles se hallan las armas de fuego cortas y largas.  Las armas cortas (revòlveres o pistolas) son aquellas en las que la longitud del cañón no excede los 30 centímetros y pueden ser utilizadas empleando una mano sin apoyo.  La pistola tiene en su empuñadura un cargador donde se almacenan los proyectiles, en cambio el revolver posee para ello un tambor giratorio con alvéolos.  En las armas largas, también llamadas “de hombro”, el cañòn excede la longitud antes mencionada y requieren para su utilización el apoyo y el uso de ambas manos, respondiendo a estas características: la carabina, el fusil, la escopeta y el rifle. 

Otros conceptos están relacionados con los términos: calibre, estría, ánima y cañón.  El cañón de un arma de fuego es el elemento que le da precisión, es un “tubo cilíndrico” cuya longitud se extiende desde el mecanismo de percusión y/o recámara hasta el orificio distal que constituye la boca de fuego del arma.  Su interior hueco se denomina ànima; en las escopetas es lisa pero en otras armas tiene un “rayado” interior que se denomina estriado.  Ello sirve para imprimir un movimiento de rotación giratorio sobre su eje al proyectil.  La distancia que existe entre dos estrías define el calibre del arma en cuestión y por ende, el tamaño del proyectil que utiliza. 

Las armas francesas, españolas, italianas y alemanas expresan sus calibres en milímetros; las norteamericanas en centésimas de pulgada y las inglesas en milésimas de pulgada.  Un calibre 22 (centésima de pulgada) equivale a 5.58 mm y un calibre .45 equivale a 1,43 mm.  Hay armas 9mm (que son menores a un calibre .38) y otras 0.457 (milésimas de pulgada) que equivale a 1.48 mm y muchos ejemplos más.

MECANISMOS LESIVOS DE LOS PROYECTILES

 Se debe recordar la fórmula física que calcula la energía cinética: Ec = m * V2/ 2, donde “m” es la masa (en este caso del proyectil), por el cuadrado de la velocidad, todo ello sobre el denominador 2. 

En el caso de los proyectiles, la energía cinética debe considerarse como fuerza viva.  Si se analizan los términos de la ecuación se comprenderá que: a) a mayor fuerza viva habrá consecuente mayor efecto lesivo y b) influye mayormente en el poder de daño el incremento de la velocidad que el aumento de la masa del proyectil; ya que la fuerza viva se rige por el cuadrado de la velocidad. 

Con estor términos enunciados se puede caracterizar en forma elemental y esquemática que los proyectiles tienen sobre el cuerpo humano dos efectos:

a)      Directos: dados por la contusión y la penetración dependientes en su mayor parte, de la masa del proyectil (peso, forma y dimensiones).
b)      Indirectos: da dos por la transferencia de los tejidos de la energía cinética que posee el proyectil (fuerza viva) dependiente de su velocidad.

Los proyectiles que superan los 314 metros/segundo se consideran de alta velocidad, los que son subsónicos (< 305 metros/segundo) son de baja velocidad.  En cuanto a los tipos de proyectiles, debe conocerse que existen formas clásicas de una vaina o casquillo y un núcleo de plomo, acero o aleaciones habitualmente ojivales; las cuales pueden estar desnudas o encamisadas.  También hay formas especiales con punta blanda, hueca, explosiva, etc.  En todos estos casos, el proyectil o munición es único, es decir, que el disparo lanza un solo proyectil. 

Ahora bien, existen armas que cargan cartuchos como las escopetas y los pistolones.  Estos cartuchos se hallan constituidos por tres compartimientos:

a)      El que contiene la pólvora o fulminante.
b)      El que contiene el “taco”, cilindro de cartón, madera o plástico.
c)      El que contiene los perdigones.

Estos perdigones son numerosos y forman la verdadera munición, por ello se considera que son armas que disparan proyectiles de munición múltiple. 

CARACTERÍSTICAS DE LAS LESIONES POR PROYECTILES DE ARMAS DE FUEGO

Se llama balística a la disciplina que estudia las armas, pólvoras y proyectiles con relación a su estructura, conformación y efectos.  Dada la amplitud del campo se la divide en: balística interna, externa y de efectos. 

  • Balística interna: estudia las armas, las pólvoras y proyectiles, así como el recorrido de estos últimos dentro del arma hasta su salida por la boca el cañón o arma de fuego.
  • Balística externa: estudia el recorrido del proyectil desde la salida del arma hasta su impacto en el blanco.
  • Balística de efectos o balística de arribada: de especial interés médico legal, tiene por objeto el estudio de los efectos que produce en el blanco el proyectil a su llegada al mismo.  Cuando el blanco es el organismo humano, tenemos conformadas las lesiones por proyectiles de arma de fuego que se describirán a continuación.
Las lesiones por proyectiles de armas de fuego son de carácter contuso, ya que responden a la definición genérica de las contusiones que “son la resultante del choque de un cuerpo duro (proyectil) contra el organismo humano.”

Lesiones por proyectiles de armas de fuego cortas (proyectil único)

Cuando el proyectil se pone en contacto con la superficie corporal determina en primer lugar una lesión de puerta de entra u orificio de entrada, luego efectúa un trayecto intracorporal quedando alojado en el interior del organismo o bien sale al exterior a través del denominado orificio de salida.  La descripción señalada constituye lo que se denomina balística de arribada, de efecto o médico legal.

  • Lesión de entrada u orificio de entrada

  • Se estudian los planos de la ropa, cutáneo y el óseo.

  • Plano de la ropa

Esta descripción tiene valor cuando el cañón del arma se halla a corta distancia.  En ese caso se encuentran los signos del deshilachamiento crucial o de Rojas, de la escarapela de Simonin y el calcado de la trama del tejido, de Bonnet.

Deshilachamiento crucial: se presenta en el plano de la ropa como un orificio de bordes desgarrados a consecuencia del deshilachamiento del tejido en forma de cruz, quemados o ahumados, cuando el disparo ha tenido lugar con la boca del cañón del arma apoyada sobre la prenda o  muy corta distancia (disparo a quemarropa).

Signo de la escarapela (de Simonin): se ve en la cara interna de la ropa, situada sobre la piel, cuando el disparo ha sido realizado con la boca del cañón apoyada y consiste en dos zonas concéntricas oscuras separadas por una clara rodeado al orificio.  Es el resultado del ahumamiento por la combustión de la pólvora. 

Signo del calcado (de Bonnet): consiste en que si la víctima usa una prenda interior blanca y el disparo ha sido efectuado con la boca del cañón del arma apoyada sobre una ropa inmediatamente suprayacente a dicha prenda interior, quedando sobre esta última el dibujo de la trama del tejido de aquella como un verdadero “calcado”.

Plano de la piel

Los signos que aparecen son debidos al arma, al proyectil y a la pólvora y resultan de gran trascendencia médico legal ya que a partir de ellos se puede establecer en primer lugar que se trata de una lesión por proyectil de arma de fuego, su ángulo de incidencia y la distancia.

Efectos del cañón del arma

No son de observación constante.  Se conoce a este signo bajo el nombre de “signo de Puppe-Wergarter”.  Se observa cuando el disparo se efectúa con el cañón apoyado sobre la piel y consiste en una impronta resultante de la acción quemante del cañón del arma ya que al producirse la combustión de la pólvora y salida del proyectil, el metal suele alcanzar alta temperatura.  Dicha impronta equimótico-excoriativa reproduce la forma del perímetro (total o parcial) del cañón del arma. 

Número de orificios de entrada

En cuanto al número de orificios de entrada hay tantos como proyectiles hayan sido disparados, aunque puede suceder que un solo proyectil cause orificios múltiples, cuando atraviesa distintos puntos de clivaje, por ejemplo: miembros superiores y tórax.  El orificio de entrada puede pasar inadvertido en la superficie corporal cuando penetra por los orificios naturales: boca, nariz, ano, etc.

Efectos del proyectil

Cuando el proyectil impacta sobre la superficie de la piel vence su resistencia elástica, produciendo una herida contusa que tiene características particulares observables a nivel de los bordes.  En efecto, por acción exclusiva del proyectil se produce:

a)      Por acción del proyectil, un anillo contusito-excoriativo de contusión y
b)      Por dentro y por arriba del anterior, por depósito de impurezas que arrastra el proyectil en su salida del arma, se produce un anillo de “enjugamiento.”  Ambos anillos superpuestos constituyen el anillo de Fisch. 

En caso de que haya cabellos o ropa interpuesta, estos elementos retendrán las impurezas por lo que no se forma el anillo de enjugamiento.  El anillo de constusión es el que nunca falta y está presente independientemente de la distancia el disparo, siendo además un signo que atestigua el carácter vital de la lesión, ya que en su conformación interviene la ruptura de los capilares de la dermis con extravasación hemática y formación de costra serohemática, es decir, los constituyentes de una lesión equimótica y excoriativa.  La forma del orificio de entrada dependerá de una incidencia del proyectil sobre la piel ya que si el ángulo de incidencia es perpendicular, el anillo de Fisch será simétrico y redondeado, mientras que si el ángulo de incidencia es agudo, será aproximadamente oval con el ancho mayor en la zona de choque, lo que también marca la dirección o trayectoria interna del proyectil.

Los bordes del orificio de entrada son aproximadamente regulares e invaginados, pero si debajo de la piel existe un plano óseo, al ocurrir el disparo estando apoyado el cañón en la piel firmemente, se produce el “golpe de mina de Hioffman” donde los gases de la pólvora chocan contra el plano óseo antes de que se produzca la pérdida de la solución de la continuidad en el mismo, hacen estallar la piel, produciéndose un orificio estrellado con bordes quemados depositándose humo negro y granos de pólvora en su interior y en el plano óseo.

Efectos de la pólvora

La pólvora produce el denominado tatuaje debido a la acción de la llama, de las partículas de pólvora incombusta y del humo negro, produciéndose la quemadura provocada por llama, incrustación de los granos de pólvora que no entró en combustión y depósito del negro del humo.

Hay un “tatuaje verdadero” formado por los dos primeros elementos; se llama así porque no desaparece con el lavado, mientras que el formado por el humor se llama “tatuaje falso” porque si desaparece con el lavado.

Hay quemadura cuando el disparo fue hecho a “quemarropa” o sea, a muy corta distancia, observándose este efecto en piel y pelos porque junto con el proyectil salen gases a alta temperatura y residuos sólidos que forman la llama.

Los granos de pólvora que no combustionan se incrustan en la piel, rodeando el orificio de entrada por fuera del anillo de Fisch.  Histológicamente pueden observarse a nivel de la dermis, granos correspondientes a la pólvora.  El ahumamiento o tatuaje falso se ve alrededor del orificio de entrada cuando el disparo fue hecho a una distancia más alejada. 

La presencia de tatuaje alrededor de un orificio es signos indubitable de orificio de entrada.

Examen del plano óseo

Resulta de interés médico legal los signos hallados a nivel craneal, especialmente en los casos en que los disparos han sido efectuados a muy corta distancia.  En los caos de que el disparo ha sido efectuado con el arma apoyada, por debajo de las partes blandas y rodeando al orificio de entrada en el cráneo se observa un anillo de ahumamiento concéntrico de 2 a 4 mm de diámetro de límite externo difuso denominado Signo de Benassi.  Se trata de un anillo de ahumamiento que desaparece con el lavado, pero que resiste a la putrefacción.  La importancia médico legal de este signos es que aparece en el orificio de entrada, denotando que el disparo fue efectuado con el arma apoyada. 

A nivel óseo es aplicable el esquema del “cono” de embudo descrito por Bonnet, según el cual, el diámetro de los orificios (de entrada y salida) progresa como las secciones de un cono truncado, ubicando el extremo truncado del cono en la tabla externa del orificio de entrada y la base en la tabla externa del orificio de salida.

Resulta oportuno destacar que hay elementos que confirman que se trata de un orificio de entrada tanto a nivel óseo como a nivel de piel y tejidos blandos subyacentes, consistentes en la demostración de partículas metálicas provenientes del proyectil presentes sólo en ese lugar y no en el trayecto ni en la salida, a través de métodos microquímicos, espectográficos y radiográficos.  La positividad del resultado está dada por la presencia de restos de cobre, plomo, hierro y níquel. 

El borde del orificio de entrada en el hueso está dirigido hacia adentro, por lo que se dice que tiene bisel interno, mientras que en el orificio de salida, el borde está dirigido hacia fuera, por lo que se dice que tiene bisel externo.

Es importante destacar que del orificio de entrada en el hueso pueden partir trazos fructuarios no siendo infrecuente observar dichos trazos en el orificio de salida, los que pueden hacerse extensivos a todos los huesos craneales, siendo ello la resultante de la onda expansiva al efectuarse el disparo.

Trayecto del proyectil

En su trayecto, el proyectil dislacera y desagarra las partes blandas (serosas, visceras, estructuras vasculo-nerviosas) y fractura estructuras óseas.  El lugar de entrada del proyectil en una víscera está dado por una solución de continuidad que en órganos muy irrigados como los pulmones, por ejemplo, se presenta rodeada de un anillo hemorrágico, dado por la ruptura de los vasos y que recibe el nombre de halo hemorrágico visceral.  Dicho signo es importante por dos razones, primero porque es índice de puerta de entrada y por otra parte es evidencia de lesión vital.

El trayecto determinado por un proyectil está constituido por tejido necrótico hemorrágico que tiene el mismo significado con respecto a la vitalidad que el halo hemorrágico visceral.

En algunas circunstancias, el proyectil puede experimentar desviaciones en su recorrido cuando choca contra estructuras óseas o ingresa dentro de un vaso de gran calibre.  El primer caso se produce cuando el proyectil encuentra en su recorrido, por ejemplo, costillas o huesos del cráneo, puesto que si no tiene suficiente fuerza o es de pequeño calibre no puede ingresar, rodear esas estructuras y salir o alojarse en lugares alejados del lugar de entrada, recibiendo el nombre de proyectil circundante.  Si el proyectil en su trayecto ingresa en un vaso de gran calibre puede ser arrastrado por la circulación y hallarse en un lugar alejado del sitio de entrada.  En este caso el proyectil recibe la denominación de migratriz.

Orificio de salida

En su salida, el proyectil determina en la piel un orificio de aspecto irregular con bordes evertidos y con escasa infiltración hemàtica.  No se presenta el anillo de Fisch ni tatuaje.  Excepcionalmente y en caso de que se produzca la salida del proyectil en una zona de contacto corporal con una superficie dura tal como podría ser cuando el cuerpo está apoyado en una pared o sobre el piso en el momento de recibir el disparo, puede observarse un anillo de contusión rodeando al orificio de salida que ha recibido el nombre de Signo de Románese.  Es la resultante del choque del proyectil sobre una superficie dura, en el momento de la salida del cuerpo; circunstancia que hace que se deforme parcialmente en su extremo, impactando sobre la piel, produciendo la ruptura y formación de un halo contusivo por ese mecanismo. 

LESIONES POR PROYECTILES DE ARMAS DE FUEGO LARGAS

Como se mencionó anteriormente, las escopetas, los pistolones y otras armas del mismo grupo cargan cartuchos que contienen múltiples municiones de variado número y tamaño.  El calibre en estos casos se expresa sobre la antigua base del equivalente de la cantidad de municiones necesarias para llegar a una libra de peso.  Por ello, los calibres llevan números como 4, 7, 8, 12, 16, 20, 24 o 28; o 12.70, 16.80, etc.  Cuanto mayor es el calibre así expresado, menor es el tamaño de la munición y mayor su cantidad.  Como ejemplo para dar una comparación de tamaño puede decirse que un calibre 12 equivale a casi unos 19 mm y un calibre 24 a casi unos 15 mm.

Otro de los elementos a tener en cuenta es que estas armas tienen por lo general el ánima lisa.  Cuando se dispara el cartucho, salen conjuntamente el taco y los perdigones (municiones) en un grupo más o menos compacto; luego de una cierta distancia, los perdigones comienzan a separarse entre sí y continuando en progresiva divergencia, finalmente terminan dispersándose en forma abierta abarcando un área de superficie de impacto variable.

Cuando se recorta el cañon de estas armas, se logra una dispersión precoz, casi inmediata de los perdigones una vez disparada; en cambio, cuando se estrecha la parter distal del cañón (gollete o agolletamiento) la dispersión se retarda ocurriendo una mayor distancia.  De cualquier manera, antes o después, se produce la dispersión de las municiones, denominándose a este hecho “rosa de dispersión”.  Cada perdigón produce una lesión de entrada cutánea equiparable a la del proyectil único (orificio, halo de Fisch) y una trayectoria intracorpórea de penetración variablle, siendo muy frecuentes las lesiones de salida. 

Los fenómenos de tatuaje y ahumamiento son similares.  La diferencia estriba en el estudio conjunto de la perdigonada poniendo énfasis en la superficie abarcada por la rosa de dispersión, la cual será mayor cuanto mayor sea la distancia a la que se realizó el disparo.  Hasta una distancia de 60 cm a 1 metro, puede decirse que el disparo ha hecho “bala”; esto quiere decir que los perdigones penetraron sin tener dispersión o la han tenido en forma despreciable, conjuntamente o no con la penetración del “taco” del cartucho.

Clásicamente, se describe que la rosa de dispersión de un disparo efectuadoa una distancia de 5 metros cubre un plano de unos 25 cm de diámetro, a 10 metros cubre uyn plano de unos 40 cm, a 15 metros cubre un plano de unos 50 cm y a 25 metros cubre un plano de unos 70 cm

CONSIDERACIONES PRÁCTICAS

Es oportuno recalcar algunos conceptos de utilidad práctica.  Es fundamental recordar que en la historia clínica de un lesionado por proyectil de arma de fuego debe constar ineludiblemente la intervención policial.  Se aconseja colocar descriptivamente la topografía cutánea de los orificios producidos por el o los proyectiles, sin hacer consideración alguna sobre si se trata de entrada o salida, ya que ello no tiene ninguna incidencia terapéutica; no obstante es de utilidad hacer la descripción de un presunto ahumamiento, así también describir si se ha suturado el orificio o si por él ha pasado una incisión quirúrgica.

En los partes quirúrgicos se debe ser lo más claro y preciso posible en la descripción de las lesiones internas por el paso del proyectil y de los procedimientos efectuados (exéresis, anastomosis) respecto de las piezas anatòmicas extirpadas, debe consignarse sobre la intervención policial en la boleta de remisión a los servicios de anatomía patológica. 

Todo proyectil extraido en un acto operatorio debe ser entregado a la autoridad competente, haciendo constancia de ello en un acta, en la historia clínica o en el parte quirúrgico; siendo firmado por el personal de la institución interviniente y el médico.

EL INFORME MÉDICO LEGAL EN CASO DE LAS LESIONES O MUERTE POR PROYECTILES DE ARMAS DE FUEGO

El informe médico legal en estos casos deberá contener:

a)      Distancia de disparo: se hace en base a los signos hallados en el sitio de entrada, anillo de Fisch, tatuajes, etc.
b)      Incidencia del proyectil: está dado por las características de los signos de la entrada, especialmente por la conformación del anillo de Fisch.
c)      Trayecto: resulta de unir los puntos de entrada con el lugar del alojamiento del proyectil o del orificio de salida. En la práctica se hace coincidir la “incidencia del proyectil” con el trayecto debiendo recordarse que esa correspondencia no es absoluta en caso de los proyectiles migratrices o circungirantes.
d)     Posición de la víctima al recibir el disparo: se hace en base a la incidencia y el trayecto del proyectil.
e)      Grado de supervivencia y capacidad de movimientos: deberá establecerse de acuerdo al tipo de lesiones producidas y órganos y estructuras afectados.
f)       Orden sucesivo de las lesiones: se debe realizar en el caso de múltiples disparos, recordando que la presencia de una herida con hemorragia abundante y otro con escasa infiltración hace pensar que aquella fue la primera.
g)      La diferencia entre lesiones vitales y post mortem: ya hemos dicho que la presencia del anillo de contusión, asi como la infiltración hemática en los planos subyacentes al orificio de entrada, el halo hemorrágico visceral y el trayecto necrótico hemorrágico son signos de vitalidad de las lesiones, ya que es imposible que aparezcan en los disparos post mortem.

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