"... todavía quedan más pistas por descubrir."

domingo, 6 de noviembre de 2011

ASFIXIOLOGÍA (II PARTE) - ASFIXIAS MECÁNICAS



Asfixias mecánicas

Es el impedimento de la entrada de aire a las vías respiratorias y que generalmente produce la muerte. Dentro de la tipología de las asfixias mecánicas se encuentran cuatro variantes:

1. Ahorcamiento.
2. Estrangulamiento.
3. Sofocamiento, el cual puede ser provocado por:
a. Oclusión de los orificios respiratorios.
b. Oclusión de las vías respiratorias.
c. Compresión tóraco-abdominal.
d. Crucifixión.
e. Confinamiento.
f. Sepultamiento.
4. Sumersión.

Ahorcamiento

Se produce por el impedimento de la entrada de aire a las vías respiratorias, en este caso, provocado por una constricción del cuello, operada generalmente por una cuerda en forma de lazo corredizo sujeta a un punto fijo por uno de sus extremos y sobre la cual hace tracción el propio peso del cuerpo.

El ahorcamiento puede darse en forma completa cuando queda suspendido sin que la punta de los pies, ni ninguna otra parte del organismo toquen el suelo y otro objeto, y de forma incompleta en el caso de que el cuerpo roce algún objeto. Así también, serán ahorcamientos simétricos aquellos producidos por un nudo situado en la parte inferior o posterior del cuello y si el nudo es lateral, el ahorcamiento será asimétrico.

Al ahorcamiento representa una de las manifestaciones suicidas más frecuentes, aunque también puede ser accidental o resultar factible para disimular un homicidio. En el mecanismo de la muerte por ahorcamiento intervienen la asfixia, producida por la compresión de la tráquea y por el rechazo de la base de la lengua por la pared posterior de la faringe. La suspensión del cuerpo no es necesaria para causar un ahorcamiento, puesto que en el ahorcamiento incompleto basta tan solo la presión ejercida por la ligadura.

El shock inhibitorio se debe al reflejo provocado por la irritación traumática de los nervios del cuello y del simpático peri carotídeo; la anemia cerebral brusca, en la que la compresión de las arterias carotídeas y vertebrales determinan la interrupción rápida de la circulación cerebral, además la muerte puede sobrevenir por síncope cardiaco sobre los cinco a diez minutos. En algunos casos los latidos cardiacos persisten por horas, pero la supervivencia se hace imposible pasados los primeros ocho minutos.

Dentro de las manifestaciones físicas presentadas durante el proceso de ahorcamiento se distinguen cuatro fases: dentro de la fase cerebral, la anoxia estimula el sistema nervioso central que se traduce en zumbido de oídos, visión de luces centellantes, hormigueos y sensación de angustia. En la fase convulsiva, también derivada de la estimulación cerebral de grado más intenso, aparecen convulsiones generalizadas en la cara, músculos respiratorios y extremidades, pudiendo eliminarse deposiciones y orina, eventualmente eyaculación. Durante la fase asfíctica ocurre la depresión de las funciones cerebrales, existe pérdida de la conciencia, coma profundo, cianosis intensa con respiración superficial y lenta, relajamiento muscular y pérdida de reflejos. Esta fase es irreversible, la muerte es aparente y conduce a la siguiente fase, la de muerte real, donde desaparecen los signos vitales.

Las lesiones de carácter asfíctico o circulatorio son variables, al igual que los factores patogénicos productores de las mismas; el síndrome asfíctico se presenta discretamente en la mayoría de los casos, los pulmones se congestionan poco mientras que el enfisema subpleural es más frecuente. Pueden presentarse manchas de Tardieu. La congestión cerebral y hemorragia meníngea no son tan frecuentes. Se produce punteado petequial hemorrágico en la mucosa gástrica.

Otros tipos de lesiones que se producen durante el ahorcamiento son las traumáticas, que pueden presentarse en la región del cuello a causa de presiones y tracciones ejercidas por la ligadura sobre los tejidos y órganos en dicha región. En la superficie del cuello se evidencia el surco equimótico suprahioideo que puede ser hondo, caracterizado por manifestarse en canal, apergaminado (por desecación de la dermis cuando la epidermis ha sido arrancada, la piel se torna delgada y transparente) y blanquecino; o ancho, que puede ser suave, extenso, con bordes imprecisos.

El surco, en ambas variantes, es único, oblicuo, incompletamente circular, profundo en el centro del asa, lo cual quiere decir que el surco se interrumpe en la porción correspondiente al nudo en la que se nota una huella de profundidad. En el cuello de la mayoría de los muertos a causa de ahorcamiento, además del surco, se presentan otras lesiones profundas: pueden darse luxaciones o fracturas raquídeas.

Las fracturas del hueso hioides se manifiestan en la mayoría de los casos, así como también las lesiones carotídeas creándose una zona equimótica en la túnica externa y con la aparición de desgarros transversales en la túnica interna, los cuales son provocadas debido a la poca elasticidad de la misma. También es frecuente encontrar equimosis en el tejido celular subcutáneo, muscular, laríngeo y retrolaríngeo; así como desgarros musculares con o sin infiltración sanguínea en las regiones supra e infrahioideas y esternocleidomastoidea.

En cuanto a las lesiones agónicas podemos decir que generalmente se producen erosiones y equimosis diversas en las manos procedentes de contusiones contra un plano resistente o rugoso durante el período de las convulsiones.
Tipos de ahorcados

Ahorcados blancos: en ellos la muerte es consecuencia de un reflejo inhibidor (shock inhibitorio). La compresión del paquete vasculo nervioso lateral se hace por igual, impidiendo la entrada y salida de sangre del cuerpo hacia la cabeza, produciéndose isquemia cerebral. En este caso, el nudo se encuentra situado en la región posterior al cuello.

Ahorcados azules: no existe compresión total del paquete vasculo nervioso, dejando pasar la sangre a la cabeza sin posibilidad de retorno. En ellos predominan la cianosis facial, equimosis subconjuntivales y los trastornos circulatorios. Es frecuente encontrar el nudo de la ligadura en forma lateral.

Estrangulamiento

Se produce cuando se impide la entrada de aire a las vías respiratorias a causa de una compresión del cuello por una fuerza ajena a él (mano que aprieta el cuello o ligadura que lo rodea). Constituye una forma médico legal de asfixia de origen, habitualmente criminal y de difícil diagnóstico. El proceso asfíctico por estrangulación accidental o suicida es muy infrecuente y solo es posible que sea realizado con ligadura.

En ambos casos, estrangulamiento manual o con ligadura, el mecanismo de la muerte se produce por asfixia ocasionada por compresión del conducto aéreo contra el plano prevertebral por inhibición mortal o reflejo vascular cerebral.

Estrangulamiento manual

Es frecuente la producción de síndrome asfíctico más o menos completo. El individuo presenta cianosis y equimosis puntiformes en el rostro, inyección de las conjuntivas, presencia de espuma en los bronquios, congestión de los pulmones, placas de enfisema pulmonar y manchas de Tardieu. En las superficies laterales del cuello pueden encontrarse equimosis redondeadas y estigmas ungueales procedentes de la presión de los dedos, que pueden estar presentes alrededor de la boca y la nariz; en los planos más profundos del mismo puede producirse hemorragia, equimosis retrolaríngea producto del choque violento del bloque laríngeo contra el plano óseo prevertebral. Además se presentan lesiones carótidas y fracturas o luxaciones del aparato laríngeo.

Estrangulamiento con ligaduras

En este tipo de estrangulamiento es donde más se evidencian los fenómenos asfícticos y los trastornos circulatorios provenientes de la compresión de las yugulares. En la zona del rostro, el individuo presenta hiperemia y tumefacción, equimosis puntiformes que pueden manifestarse también en el cuello, la región torácica y las conjuntivas, espuma en la laringe, tráquea y bronquios, además de congestión en las vías respiratorias y en los pulmones.

El surco en el estrangulamiento con ligadura habitualmente es horizontal, circular, poco profundo, pálido, poco apergaminado. Puede darse también la posibilidad de una simulación de surco o “surco falso” el cual se puede manifestar de acuerdo a cuatro tipologías, que se mencionan a continuación:

Surco falso de origen natural: caracterizado por manifestar simples repliegues de la piel, suaves, blanquecinos, con epidermis intacta.
Surco falso de origen artificial: presenta la particularidad de mantener la epidermis intacta.
Surco falso de origen patológico: evidente en el intertrigo de niños y mujeres obesas.
Surco falso putrefactivo.

En el estrangulamiento con ligaduras es menos característica la presencia de lesiones traumáticas profundas del cuello. Entre las más frecuentes están: equimosis en forma cilíndrica en la túnica externa de las arterias carótidas y las hemorragias en las partes más blancas.

En cuanto a las lesiones producidas por la resistencia que ofrezca la víctima se puede señalar la presencia de una herida contusa en la cabeza, equimosis y estigmas subungueales alrededor de la boca, los que podrían haber sido causados en el intento de ahogar los gritos de la víctima, lesiones de defensa en manos y antebrazos y también lesiones de caída.

Diferencias entre el estrangulamiento con ligadura y el ahorcamiento incompleto

Características del surco: en el estrangulamiento con ligadura, el surco dejado por el mismo se caracteriza por ser horizontal, generalmente situado debajo de la laringe, completamente circular, a menudo múltiple y uniformemente señalado. El ahorcamiento incompleto deja un surco oblicuo, casi siempre único, profundo, apergaminado, situado en la región suprahioidea y marcado a nivel del centro del asa.

Presencia de síndrome asfíctico: en el estrangulamiento con ligadura se evidencia con mucha intensidad mientras que lo hace de forma más discreta en el caso del ahorcamiento incompleto.

Características de las lesiones: se presentan en el orden traumático, en el estrangulamiento con ligadura y son frecuentes las producidas por la lucha y violencia; mientras que en el ahorcamiento incompleto las lesiones más notables son las agónicas, pudiendo señalarse las erosiones en las manos y livideces en las extremidades inferiores.

Sofocamiento

Se define como el impedimento a la entrada de aire a las vías respiratorias ocasionado por un taponamiento de las mismas. Es eventualmente a consecuencia de accidentes, sobre todo el taponamiento facial o forma de suicidio, aunque para este fin es una variante excepcional.

El diagnóstico por parte del médico forense se basa en el descubrimiento de las huellas que son reflejo de la acción del agente asfixiante, como pueden ser: arañazos, excoriaciones, equimosis en el área externa de la boca y nariz ocasionadas, posiblemente por las uñas y dedos del homicida, heridas en la lengua, hallazgo de cuerpo extraño o sus restos en la vía aérea, células bucales encontradas en el instrumento facilitador de la muerte por asfixia, etc.
Las lesiones en el caso de muerte por sofocamiento no se manifiestan de forma constante, existiendo ausencia de las mismas en el caso de muerte súbita o rápida, lo que impide al forense asumir o concluir que la causa de muerte haya sido criminal.

Sumersión

Es la causa del impedimento de la entrada de aire a las vías respiratorias por la entrada de sustancias líquidas o semilíquidas a las mismas. Constituye una forma frecuente de suicidio a pesar de serlo también de accidentes. La sumersión suicida también es probable como lo es el simulacro de sumersión, o sea la inmersión de cadáveres para encubrir un homicidio.

Tipos de ahogados

Ahogados azules: dentro de ellos se encuentran aquellos individuos que han luchado para escapar de la asfixia. En este caso el mecanismo de la muerte es un proceso largo y complejo. A la asfixia se le suma un traumatismo pulmonar intenso a causa de las fuertes inspiraciones producto del exceso de ácido carbónico de la sangre asfíctica. El agua alcanza entonces los alveolos traumatizándolos. Se produce choque alveolar desencadenando una serie de trastornos a nivel pulmonar que culmina con la creación del hongo espumoso y tumefacción pulmonar. Finalmente, el ahogado traga una considerable cantidad de agua que llena el estómago y los intestinos.

Ahogados blancos: incluye a aquellos individuos que dentro de la sustancia líquida o semilíquida no mueren por la aspiración de ésta sino a causa del sufrimiento de un síncope mortal, o sea, no se ahogan realmente. Este fenómeno se conoce como sumersión inhibición donde un estado inhibidor con estado sincopal (muerte aparente) se desencadena por contacto brusco de la piel, mucosas, aparato vestibular con el líquido donde se ahogan.

En el caso de los ahogados blancos no se manifiestan lesiones, puesto que el agua no penetra en los pulmones ya que se lo impide el paro brusco de la respiración y el corazón. Se dice entonces que la autopsia es blanca. Sin embargo, se puede producir en la mayoría de los casos un proceso asfíctico secundario sucediendo al síncope y es cuando el ahogado se torna de color azul pálido. Los ahogados azules presentan lesiones especiales de origen mecánico, hemorragias bilaterales en la musculatura torácica, hongo espumoso a nivel bronquial y en los orificios respiratorios, presencia de arena o restos del medio en que se ahogaron en la zona de la tráquea y los bronquios, además de partículas alimenticias regurgitadas. Los pulmones atraviesan por un periodo enfisematoso y de tumefacción, denominado enfisema hidroaéreo, los pulmones se hacen demasiado grandes y pesados. La sangre se diluye y decolora, el estómago se dilata al igual que la membrana timpánica, y son notables las lesiones producidas a nivel cardiovascular.

El medio líquido es rico en microbios y siempre se encuentra en constante movimiento, por lo que los individuos que fallecen a causa de asfixia por sumersión transitan por diferentes periodos durante el tiempo que se mantengan en la sustancia en que se ahogaron. Los individuos ahogados que son retirados del agua prontamente pueden presentar “piel de gallina”, retracción del pene y el escroto en los hombres y de los pezones en las mujeres, además las livideces de todos los ahogados son precoces.

Estos fenómenos se manifiestan en dependencia de la contracción pre o post mortem de las fibras musculares de la piel. Aquellos que pasan más tiempo en el medio líquido experimentan un período de inhibición donde el agua impide la deshidratación de los tejidos, las conjuntivas se llenan de agua y se vuelven tumefactas. Se produce la maceración de la piel, ocurren cambios en la epidermis de manos y pues hasta desprenderse, lo cual permite al médico forense establecer el tiempo de estancia del cadáver en el agua. Le sigue un período de arrastre donde el cuerpo primero se hunde progresivamente hasta adquirir un estado de inmovilidad a causa de la falta de corriente. El estacionamiento dura hasta el momento en que, bajo la influencia del gas de la putrefacción, sube hacia la superficie y es de nuevo arrastrado por la corriente. En el curso de este desplazamiento, el cadáver sufre traumatismos a cusa de golpes contra diversos obstáculos que encuentra en su trayectoria.

El período de putrefacción en los ahogados comienza por la cabeza, cuello y parte superior del tronco. Estas regiones se cubren de manchas verdosas que luego se tornan bronceadas. La putrefacción gaseosa invade el tejido celular subcutáneo y se produce la tumefacción en los párpados y los labios. Cuando han pasado entre dos y tres meses de estancia en medio acuoso, la grasa del cadáver comienza a formarse en las mejillas, mentón, pecho y cara anterior de los muslos. Pasado el tercer mes esta se presenta en los músculos. Si el medio en que se ahogó la persona es estiércol líquido amoniacal o agua tibia, este proceso se evidencia de forma más breve y rápida. Para el cuarto mes, el cadáver sufre de incrustaciones calcáreas de la piel de los muslos, formando tubérculos duros y resistentes.

Comentarios finales

Las asfixias mecánicas, al ser del interés de la medicina forense y del derecho penal, al derivarse en hechos concretos, mueven toda la maquinaria jurídica, produciéndose a partir de ello toda una serie de actos cuyo objetivo final es el esclarecimiento de los hecho y con ello el establecimiento del grado de participación del acusado y la consecuente declaración de la procedencia o no de la pretensión punitiva de la parte actora.

El médico forense comienza a jugar su rol en la inspección externa del cadáver, con los objetivos de determinar la fecha de la muerte, realizar un estudio en el lugar del suceso y determinar si el lugar del hallazgo se corresponde con el de la muerte, efectuar la autopsia médico legal y proceder a la inspección del cadáver. Así, en la inspección del lugar del suceso, el médico forense participa en la revelación, recolección y extracción de pruebas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario