
El tema de la asfixiología es muy interesante y controversial, en ella se incluyen las asfixias naturales, por llamarlo de alguna manera, y las asfixias de tipo mecánico. Estas últimas son de gran interés para la medicina forense y la criminología, sobre todo por lo que representan para el derecho penal.
La palabra asfixia proviene del griego A, que es un prefijo que significa privación, carencia o ausencia y Sfugmos, que significa pulso. Entonces, si vemos la palabra desde su perspectiva etimológica, asfixia es la ausencia de pulso o palpitación; sin embargo, la correcta acepción médico legal se interpretaría como la suspensión de los fenómenos respiratorios. La asfixia lleva consigo la falta de oxígeno, proceso que médicamente se conoce como anoxia.
Repaso general de los procesos asfícticos
La asfixia es una causa frecuente de fallecimiento. Se adjunta el término “mecánica” cuando proviene del impedimento mecánico del ingreso de aire a los pulmones. La privación de oxígeno o anoxia se produce cuando deja de llegar oxígeno a las células. Estas necesidades son satisfechas a través de un ciclo, que incluye cuatro mecanismos fundamentales: ventilación, transporte de oxígeno por la hemoglobina, circulación sanguínea e intercambio gaseoso. Cualquier obstáculo o impedimento que actúe sobre uno de estos pasos provoca la anoxia.
Clasificación de las Anoxias
• Anoxia de ventilación: se produce cuando se respira en una atmósfera pobre en oxígeno, lo cual causa que disminuya la saturación de hemoglobina en la sangre arterial. Este fenómeno se conoce como anoxemia. Este tipo de anoxia también puede ser provocado por la obstrucción o compresión mecánica de las vías respiratorias (asfixias mecánicas y algunas naturales como la atelectasia pulmonar, bronquitis, asma bronquial, etc.) por trastornos de la dinámica respiratoria (compresión tóraco abdominal, neumotórax, enfisema, parálisis torácica, etc.) o por dificultades en el intercambio gaseoso, afecciones pulmonares agudas o crónicas, neumonía, edema agudo de pulmón, etc.
• Anoxia circulatoria o anoxia de estasis: estos fenómenos se deben a trastornos de la circulación mayor o menor, congestión, embolias o trombosis de las arterias pulmonares, insuficiencia cardíaca, etc.
• Anoxia anémica: es ocasionada por una seria disminución cualitativa o cuantitativa de la hemoglobina. Puede ser provocada por intoxicación por monóxido de carbono o por productos metahemoglobinizantes, anemia hipocrómica, hemorragia severa, etc.
• Anoxia tisular: es el resultado del descenso de la tensión diferencial arteriovenosa de dióxigeno o de la inhibición de los fenómenos oxidantes intracirculares que impiden la utilización de dicho oxígeno de la sangre arterial por los tejidos.
La privación brusca de oxígeno desencadena una serie de trastornos de tipo sensoriales (desaparición de la sensibilidad), motores (pérdida de la motricidad), psíquicos (pérdida de la conciencia), que pueden ser sanguíneos, hormonales o incluso renales, sin descartar daños de carácter nervioso o cardiovascular, provocando síncope seguido de muerte en solo algunos minutos.
A la comprensión del nervio neumogástrico, una característica de los ahorcados, se le atribuye la aparición de equimosis subpleural y subpericárdica, lo que se conoce como Manchas de Tardieu, así como las congestiones pulmonares y las frecuentes complicaciones que trae consigo. El aumento de anhídrido carbónico o hipercapnia es el factor que facilita las alteraciones térmicas, la glucosuria y los trastornos cardíacos, alteraciones de los reflejos esfinterianos, la erección y la midriasis.
Las manifestaciones clínicas que puede presentar una persona que sufre de privación de oxígeno o anoxia se dividen en cuatro fases:
1. Fase cerebral: la persona padece trastornos subjetivos, tales como vértigo, desvanecimiento, zumbido de oídos, angustia. Después de aproximadamente un minuto y medio, sobreviene de manera intempestiva la pérdida del conocimiento, la respiración se torna lenta y se acelera el pulso.
2. Fase de excitación cortical y medular: demora unos dos minutos aproximadamente, aparecen convulsiones generalizadas en el rostro, en las extremidades y los músculos respiratorios. Los movimientos peristálticos propician la emisión de orina y la salida de materia fecal, se activa la secreción de saliva y el sudor, y de forma inconsciente puede producirse erección e incluso eyaculación. La sensibilidad y los movimientos reflejos desaparecen progresivamente, el rostro se torna cianótico, el corazón se hace lento en su ritmo normal y se produce un ascenso considerable de la presión arterial.
3. Fase de muerte de la respiración: varía entre 1 o 2 minutos. El proceso asfíctico avanza hacia una insuficiencia ventricular derecha que adiciona sus efectos cianóticos a los de la asfixia.
4. Muerte: se centra directamente en el corazón. Éste se acelera repentinamente y sus latidos se vuelven irregulares y cada vez se hacen más débiles e imperceptibles, aunque persistentes. Al concluir, los ventrículos se detienen en diástole, aun cuando las aurículas todavía presentan algunas contracciones.
En general, en todas las asfixias es posible observar tres períodos diferentes:
1. Período anestésico de corta duración, que lleva rápidamente a la pérdida del conocimiento.
2. Período convulsivo.
3. Período asfíctico, en el que se observan los trastornos respiratorios, cianosis y coma.
En este momento es importante mencionar que la asfixia no siempre es mortal, sino los trastornos ocasionados a raíz de ella. La persona puede presentar serias complicaciones como: congestión pulmonar, neumonía y algunas manifestaciones neurológicas que varían desde convulsiones hasta amnesia retrógrada. Por otra parte, las lesiones provocadas en las regiones del cuello son capaces de provocar, por vía refleja, la muerte súbita por inhibición, que sobreviene sin convulsiones ni de forma agónica, sino por síncope respiratorio y cardiaco.
Signos característicos de asfixia
Externamente, el individuo que muere a causa de asfixia presenta: livideces cadavéricas (precoces y de gran expansión por la fluidez sanguínea), enfriamiento cadavérico retardado, la rigidez cadavérica se presenta lentamente, aunque de forma intensa y prolongada; en el caso de muerte con convulsiones suele aparecer rápidamente. La putrefacción cadavérica se presenta rápidamente, dada la fluidez sanguínea.
De manera inconstante, el cadáver puede presentar cianosis en la cabeza y en las manos, producto del aumento de la cantidad de hemoglobina reducida en el flujo sanguíneo, además de exoftalmia, protrusión de la lengua y relajación de los esfínteres.
Internamente, los principales hallazgos son: color negruzco, coagulación interna, modificación del pH. La sangre sufre disminución de la cantidad de oxígeno y se produce la hiperglicemia cadavérica, pasadas las seis horas de la muerte por asfixia. En el cerebro se produce, en ocasiones, la hiperemia venosa y otras veces isquemia, hemorragias y a veces, edema cerebral. Los pulmones, generalmente, sufren enfisema, congestión o edema; se presentan Manchas de Tardieu y de Paltauf, éstas últimas son mayores y más claras, son manchas asfícticas que se han hecho hemolíticas. Ocurre éstasis sanguínea a nivel del corazón, provocando la dilatación de las cavidades derechas del mismo, las cuales se llenan de sangre. Hay presencia de espuma aireada en la laringe, tráquea y bronquios y se produce congestión visceral.
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