"... todavía quedan más pistas por descubrir."

lunes, 24 de octubre de 2011

IMPORTANCIA DE LA ESCENA DEL CRIMEN EN LA ELABORACIÓN DEL PERFIL CRIMINOLÓGICO (II PARTE)



Con todos los datos de la inspección técnica policial, los informes preliminares de los investigadores y la reconstrucción de los hechos, el elaborador del perfil criminológico debe analizar la información que sea relevante para la elaboración de dicho perfil. Para ello, Turvey (2006) recomienda previamente la realización de lo que se conoce como “equivocal forensic analysis”, o lo que sería algo así como la revisión crítica de todo el conjunto de pruebas físicas, cuestionando y revisando las conclusiones e hipótesis.

Se debe revisar con actitud crítica los resultados y conclusiones de la investigación, sin dar nada por concluido o por seguro, analizando las posibles contradicciones, los prejuicios y las teorías concebidas que los investigadores hayan podido incluir en la investigación. Se debe garantizar la objetividad científica del perfil criminológico.

Vinculación de personas con la escena

Los datos forenses tales como huellas dactilares, sangre, ADN, etc., pueden aportar datos sobre relación de determinadas personas con la escena del crimen. En algunas ocasiones pueden aportar datos sobre características físicas, de raza, sexo… del agresor. Además, es necesario vincular al agresor y a la víctima con la escena, considerando si esta puede tener algún significado para alguno de ellos, si es una escena elegida u oportunista, qué relación puede tener la escena con cada uno de ellos (es el lugar de trabajo de la víctima, es un lugar frecuentado por ella, es un lugar completamente desconocido para la víctima, pertenece a la geografía de las rutinas diarias del agresor, es un lugar apartado y de difícil acceso, etc.). Se debe pensar qué tipo de personas pueden estar relacionadas con la escena.

Características de la escena

En relación con lo anterior, hay que describir las características de la escena para individualizarla dentro de un ambiente y de un comportamiento geográfico del criminal. Debemos responder a algunas preguntas: ¿qué tan grande es la escena? ¿Cómo se llega hasta ella, a pie, en vehículo, transporte público? ¿Quiénes frecuentan esta escena, qué tipo de personas, qué actividad se realiza en ella, que nivel socioeconómico tienen sus habitantes? ¿Es un lugar conocido por personas concretas? ¿Puede acceder cualquier persona? ¿Qué y cuántas vías de entrada y salida tiene dicha escena? ¿Cómo llega la víctima y el agresor a ella?

En resumen, tenemos que encajar la escena como una pieza fundamental, dentro del crimen, individualizándola, relacionándola con un tipo de persona, actividades, geografía, accesibilidad, emociones, etc. Una escena puede ser oportunista, pero eso no quiere decir que no tenga importancia, que no se relacione con la víctima, el agresor o con ambos.

Desde la perspectiva de la psicología investigativa, de la criminología ambiental y de los perfiles psicogeográficos, la escena del crimen tiene vital importancia con el comportamiento geográfico del criminal. De esta manera, el análisis geográfico de las distintas escenas del crimen, junto con la correlación de determinadas características de los crímenes, sería posible establecer una zona donde puede residir el agresor y una zona donde actuaría en el futuro.

Analizar el método de aproximación

Con los datos aportados por el análisis de la escena del crimen podemos establecer el método de aproximación usado por el agresor. El método de aproximación se refiere a la forma o estrategia que usa el agresor para aproximarse a la víctima. Según Turvey, se pueden usar varios métodos de aproximación:

Sorpresa: el agresor se aproxima a la víctima, sorprendiéndola en un momento de vulnerabilidad, cuando la persona está ocupada, distraída o durmiendo.

Engaño: el agresor se aproxima a la víctima, engañándola para ganarse su confianza.

Súbitamente: el agresor se acerca a la víctima e inmediatamente inicia su ataque, en cuyo caso, debería de hablarse más de un método de aproximación. Turvey dice que la aproximación súbita debería considerarse sorpresa.

Analizar el método de ataque

Con los datos aportados por el análisis de la escena del crimen podemos establecer el método de ataque usado por el agresor. El método de ataque se refiere al mecanismo que usa el agresor una vez que se ha aproximado a la víctima para dominarla. Puede ser:

Amenaza verbal.

Uso de fuerza con o sin arma: después de aproximarse la ataca físicamente para conseguir que haga lo que quiere, la golpea para dejarla sin capacidad de reacción.

Amenaza verbal y uso de arma: después de aproximarse, la amenaza verbalmente con agredirla con un arma si no hace lo que quiere.

Analizar el método de control

El control se puede realizar de varias formas:

• Usando la fuerza.
• Amenazas verbales.
• Con la presencia de armas.

El análisis del método de aproximación, ataque y control pueden incluirse también en la evaluación del modus operandi del agresor, pero con los datos forenses y el análisis que se hace de la escena del crimen podemos obtener datos que nos ayuden a entender cómo son los primeros contactos y la agresión inmediata que se realiza sobre la víctima. Estos datos nos aportarán características concretas de comportamiento y psicológicas para realizar el perfil criminológico.

Analizar actos de precaución

Los actos de precaución también suelen denominarse en el ámbito de la criminología como conciencia forense. Son acciones que realiza el agresor, antes, durante y después del crimen para ocultar, confundir y despistar a los investigadores respecto a cómo sucedieron los hechos y principalmente dirigidas a impedir su identificación. En este caso, no la presencia, sino más bien la ausencia de determinados indicios o rastros que tendría que hacer en la escena del crimen nos pueden indicar que el agresor ha alterado la escena para dificultar su arresto y las labores de identificación.

Los actos de precaución pueden ir desde el uso de máscaras para ocultar la identidad, uso de guantes o condones, incendio de la escena, selección de víctimas desconocidas, limpiar la sangre, etc. La existencia de estos actos de precaución nos puede informar en función de la clase y complejidad de dichos actos de un determinado nivel de comportamiento en cuestiones médicas, forenses, policiales, el nivel de perfeccionamiento, planificación o improvisación.

Los actos de precaución generalmente se van adquiriendo y desarrollando con la experiencia acumulada por el agresor, en su primer crimen, los actos de precaución son casi inexistentes, de ahí que sea muy importante analizar bien los primeros crímenes para encontrar datos que puedan ser enmascarados en futuros.

Analizar la posible simulación de escenas

Simular la escena del crimen está muy relacionado con los actos de precaución solo que la simulación en este caso supone una alteración mucho más compleja, planificada y global de la escena por parte del agresor. No se trata tanto de eliminar indicios como de alterar esos indicios para dirigir a la policía a líneas de investigación equivocadas. El agresor manipula los indicios y añade rastros para que parezca la escena de otro crimen distinto al que realmente sucedió. Por ejemplo, un marido que mata a su esposa y simula la escena de un robo en la casa con el resultado además de la muerte de su esposa.

Para detectar la simulación de la escena, quien elabora el perfil criminológico debe analizar y valorar cada uno de los indicios y resultados forenses de la escena, análisis individualizando y de conjunto, descubriendo posibles contradicciones e incoherencias, teniendo en cuenta que las personas pueden simular, pero las pruebas no. Hay que tener una visión de cada indicio dentro de las escena, dónde se encuentra, posición, cómo se relaciona con el resto de indicios, coherencia con la reconstrucción del suceso, coherencia con el resto de resultados forenses, coherencia con nuestros datos del perfil criminológico, coherencia con nuestros conocimientos y experiencias sobre comportamiento y psicología criminal. Quizá es la parte del análisis de la escena del crimen que puede resultar más difícil de realizar, pero es primordial para realizar nuestro perfil criminológico de manera acertada.

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