"... todavía quedan más pistas por descubrir."

sábado, 1 de octubre de 2011

AUTOPSIA PEDIÁTRICA Y PERINATAL



Hasta este momento hemos aprendido los procedimientos y protocolos que se llevan a cabo durante la autopsia clínica y médico legal, siempre en personas adultas, pero ¿qué hay de las autopsias a niños y recién nacidos? ¿Es el mismo procedimiento y la misma técnica? Continuemos entonces con esta serie de artículos relacionados directamente con la Ciencia Forense.

La autopsia pediátrica es el estudio médico forense del cuerpo de un niño muerto. Una variante especial es la autopsia perinatal, o sea, el estudio médico forense del cuerpo de un feto mayor de 20 semanas de gestación o con más de 500 g de peso. También puede ser un niño nacido muerto, un niño nacido vivo y menor de 28 días de vida extrauterina.

Realmente estas definiciones varían entre los diversos autores. Las técnicas de disección, experiencia y habilidades necesarias para realizar una autopsia pediátrica son diferentes a las que se requieren para una autopsia perinatal, por lo que la distinción entre ambas es indispensable. La autopsia pediátrica puede realizarse en cualquier departamento de patología; mientras que la autopsia perinatal debería estar centralizada a instituciones de tercer nivel, que cuenten con servicios de diagnóstico prenatal, obstetricia de alto riesgo y cuidado intensivo neonatal.

¿Cuáles son los objetivos de la autopsia pediátrica y perinatal?

1. Informar a la familia del niño o feto muerto, para dar un consejo adecuado en relación a la posible causa genética y así manejar la culpa o la pena de los familiares.

2. Informar a los clínicos que cuidan de la familia, es decir, los médicos de cabecera, sobre la planificación de los futuros embarazos.

3. Obtener información que permita el control de calidad de los procedimientos de manejo en los departamentos de obstetricia y de alto riesgo, diagnóstico prenatal, cuidados intensivos neonatal y pediátrico.

4. Obtener datos epidemiológicos certeros sobre las causas de mortalidad perinatal o pediátrica o para vigilancia de defectos al nacer.

5. Estimular la investigación.

6. Precisar la responsabilidad de la muerte.

7. Estudiar enfermedades raras o poco conocidas.

8. Estudiar enfermedades comunes, pero con presentaciones raras.

9. En ocasiones, obtener pruebas médico legales.

Información clínica

El encargado de solicitar la autopsia es el médico responsable del paciente, se requiere su completa colaboración con los médicos patólogos para llevar a un buen término la autopsia, ya que la entrevista final con los familiares debe ser conducida por él. Es muy importante la comunicación entre el médico clínico y el médico patólogo para enfatizar que la autopsia es una consulta de especialista y que el patólogo forma parte del equipo médico. Antes de iniciar la autopsia es necesaria toda la información clínica, laboratorios realizados al paciente y pruebas complementarias. Son indispensables: la historia obstétrica y neonatal, los datos de desarrollo y crecimiento post natales.

Procedimiento

Después de la muerte del niño se debe conservar en su lugar todos los catéteres y sondas que le fueron colocados, no modificar las heridas o lesiones que presente. El procedimiento de la autopsia en niños varía poco respecto a la del adulto. La técnica más adecuada es la de Letulle (evisceración en un solo bloque de los órganos toracoabdominales), las diferencias más importantes respecto del adulto se encuentran en el modo de abrir el cráneo, los procedimientos para examinar el encéfalo y las acciones necesarias para documentar los defectos morfológicos congénitos.

En el examen físico inicial se registran por escrito y mediante fotografías, todas las anomalías congénitas, cambios patológicos o iatrogénicos que se encuentren en el cuerpo; se toman las medidas somatométricas, pesos, medidas de los órganos y se establece la edad gestacional, el crecimiento de las partes del cuerpo, de los órganos y el estado nutricional; se registra cualquier cambio secundario a procedimientos médicos invasivos, la situación de los órganos y los cambios patológicos que éstos presenten. Se toman radiografías, cultivos bacteriológicos o exámenes de laboratorio si fuesen necesarios. Es importante contar con la colaboración de especialistas en radiología, microbiología y genética, cuya opinión es muy importante para establecer los diagnósticos.

Además se conservan muestras de tejidos para estudios especiales (inmunología, citogenética, estudios enzimáticos) o se archivan para estudios futuros. La autopsia perinatal también abarca el estudio de la placenta, las membranas fetales y el cordón umbilical.

Registro de la información

Toda la información obtenida es evaluada y se escribe un protocolo de la autopsia. Este protocolo comprende: informe para el servicio hospitalario donde falleció el niño, informe para el médico solicitante y para los familiares, diagnósticos anatómicos, correlación anatomoclínica, resumen de la historia clínica, registro de los pesos y medidas de los órganos, descripción microscópica, registro de las fotografías y radiografías, cultivos bacteriológicos y estudios especiales realizados, todo con sus respectivos resultados.

Uso de la información

El protocolo de autopsia marca el inicio de varias acciones, en primer lugar, informar o dar consejo a la familia del niño, en segundo lugar, discutir el caso en las sesiones de departamento o generales para enseñanza de procedimientos de diagnóstico o tratamiento; en tercer lugar, precisar las causas de mortalidad pediátrica en los informes epidemiológicos.

Si estas acciones no se efectúan, el potencial educativo y de experiencia de la autopsia no se aprovecha; estas acciones son independientes de los motivos u objetivos iniciales presentes al solicitarse la autopsia.

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