"... todavía quedan más pistas por descubrir."

domingo, 4 de septiembre de 2011

LA AUTOPSIA - I PARTE



Este es el primero de varios artículos directamente relacionados con la Medicina Forense. En ellos se ha procurado utilizar lenguaje sencillo para facilitar la comprensión a los lectores que no se encuentren familiarizados con esta rama o con la medicina en general.

Concepto

Desde el punto de vista etimológico, la palabra autopsia procede del griego “autos (uno mismo) y opsis (vista)”, por lo que en sentido estricto significa “visto por sí mismo”. En la práctica diaria se conoce como autopsia a la serie de observaciones e intervenciones llevadas a cabo sobre el cadáver, que tienen por objeto esclarecer la causa de muerte. El estudio puede extenderse a todo el cadáver, siendo esta una autopsia completa o bien, a una pequeña parte de él, conociéndose entonces como autopsia parcial.

La palabra necropsia procede de las voces griegas “necros (muerto) y opsis (vista)”, y generalmente se utiliza como sinónimo de autopsia. Sin embargo, algunos autores señalan que autopsia se refiere al examen del cadáver antes de enterrarlo y que necropsia es el examen del cadáver exhumado. Para fines prácticos, utilizaremos el término autopsia, sin distinción alguna.

En Guatemala, se practican dos tipos de autopsia, la autopsia clínica y la autopsia judicial, también conocida como médico legal. La autopsia clínica permite conocer los mecanismos patológicos que desencadenaron la muerte, mientras que la autopsia médico legal contribuye al bienestar social, debido a que aclara las causas que produjeron la muerte violenta o sospechosa de criminalidad.

Tipos de Autopsia


1. Autopsia Clínica o Anatomopatológica: investiga la causa de muerte, así como los diversos órganos y tejidos que se han alterado por el proceso. Se realiza únicamente con fines científicos. Las autopsias clínicas se realizan a los pacientes que han fallecido por causas naturales o por alguna enfermedad. La autopsia confirma, según el caso, el padecimiento fundamental, las alteraciones secundarias al mismo y aquellas otras derivadas del tratamiento, describe los hallazgos accesorios asintomáticos e investiga la causa de muerte. Este tipo de autopsias las realiza un médico patólogo. Así también, la autopsia clínica permite detectar posibles errores diagnósticos o terapéuticos, aclara la rentabilidad y validez de nuevos procedimientos diagnósticos y aporta información acerca de las enfermedades nuevas y de las ya conocidas.

Las finalidades de este tipo de autopsias son las siguientes:

• Determinar o confirmar el origen de la enfermedad, así como su extensión.
• Investigar la causa de la muerte inmediata e intermedia y aquellos procesos que han contribuido a ella.
• Estudiar los procesos secundarios o asociados y los accesorios.
• Correlacionar signos y síntomas clínicos de la enfermedad con los hallazgos morfológicos terminales.
• Comprobar los resultados de procedimientos médicos o quirúrgicos.
• Investigar las enfermedades contagiosas, hereditarias o transmisibles.

La autopsia clínica se desarrolla en dos fases complementarias: el examen externo y el examen interno.

Examen externo: se realiza con la finalidad de determinar la edad, sexo, estatura y peso del cadáver, puesto que son datos orientadores respecto a la enfermedad causante de la muerte. Este examen consiste en una inspección y palpación sistemática del cuerpo. Por lo tanto, después de los pasos mencionados anteriormente, se debe anotar cualquier cambio de coloración, existencia de alguna patología cutánea, cicatrices o cualquier otro signo que pudiera dirigir la investigación hacia una enfermedad determinada.

Examen interno: se realiza mediante técnicas y constituye una apertura sistemática y ordenada del cadáver (cabeza, tórax y tronco). Por lo general, el examen de la cabeza no se realiza, y si se hace, debe ser lo último. Tampoco se realiza el examen de la médula espinal, a menos que se tengan sospechas de daño o lesiones a ese nivel.

2. Autopsia Médico Legal: se realiza por motivos de carácter legal. Es obligatoria en los casos de muerte violenta o sospecha de criminalidad. La realiza el médico forense. El objetivo principal de este tipo de autopsia es determinar la causa y las circunstancias de la muerte, aportando datos, a través de un estudio completo, minucioso y utilizando la técnica más conveniente para cada caso. La autopsia médico legal es el proceso de mayor trascendencia en la actividad médico forense. En la mayor parte de casos, el médico determina la verdadera causa de la muerte, que antes de esta investigación permanecía ignorada. En algunos casos, puede demostrar que es muy distinta de la que se creía. Además, los resultados de la autopsia indicarán si la muerte fue natural o violenta (accidente, suicidio u homicidio), lo cual evidentemente es de enorme importancia jurídica.

En la autopsia médico legal no sólo interesa el estudio del cuerpo del cadáver, sino también todo lo que le rodea (ropa, escena del crimen, etc.).

Fases de la autopsia médico legal

Se realiza en tres fases. La realización no necesariamente debe hacerse de forma sucesiva.

1. Levantamiento del cadáver.
2. Examen externo del cadáver.
3. Examen interno del cadáver.

Levantamiento del cadáver: se inicia con el examen del cadáver en el propio lugar de los hechos o donde se ha encontrado el cuerpo. En cuanto a la posibilidad de precisar el mecanismo del fallecimiento, el examen del lugar de los hechos es obligatorio en el caso de las muertes violentas, el acontecer traumático que produjo la muerte.

Durante la diligencia de levantamiento del cadáver, el médico forense dedicará primero su atención al cadáver. Comprobará los signos de muerte y a continuación, el estado en que se hallan los fenómenos cadavéricos. Debe observar si hay algún indicio de violencia, restos de ropa sobre el cuerpo, etc. Debe tomar nota minuciosa de la posición en que se encuentra el cadáver y del lugar exacto donde yace, anotando la distancia en la que se encuentra con respecto a las paredes, muebles, armas y otros objetos. Es muy importante y recomendable llevar un registro fotográfico y de video de cada una de las etapas de la autopsia. El médico forense podrá solicitar la recolección de imágenes que sean de su particular interés, así como elaborar un reportaje propio. Toda vez realizadas las observaciones relativas al cadáver, examinará los alrededores inmediatos a la búsqueda de los diversos indicios señalados, en especial los de índole biológica (manchas, pelo y cabello, restos biológicos) cuyas características anotará y remitirá al sitio correspondiente para su investigación. La cadena de custodia es muy importante a lo largo de todo este proceso.

Examen externo del cadáver: consiste en la inspección y palpación del cadáver de la cabeza a los pies y es realizada por el médico forense y el técnico debe ayudarle con la movilización del cadáver, en la anotación de datos y tener a la mano el material necesario para el recogimiento de muestras. Los principales datos que se deducen del examen externo son los siguientes:

Signos relativos a la identificación del cadáver: se comienza por evaluar la edad aparente, determinar la talla y anotar el sexo del cadáver. Además suelen ser de gran interés elementos identificadores como: características de la ropa y objetos de uso personal, color y forma del cabello, color del iris, estado y peculiaridades de la dentadura, presencia de cicatrices, marcas de nacimiento, tatuajes, estigmas profesionales, malformaciones o deformidades. La policía se encarga de obtener las huellas dactilares y fotografías del cadáver. Es aconsejable obtener fotografías de frente y de perfil.

Signos relativos a la fecha de la muerte: aun cuando se haya realizado un cálculo en el momento del levantamiento del cadáver, debe completarse y ratificarse, investigando el estado de evolución de cada uno de los fenómenos cadavéricos (enfriamiento, deshidratación, rigidez, livideces y putrefacción). Se anota también si hay insectos, y de ser así, el estado de sus larvas; en este caso, es conveniente tomar varias muestras para el análisis entomológico.

Signos relativos a la causa de la muerte: en ocasiones, el examen externo proporciona valiosos indicios que se pueden agrupar en tres apartados: lesiones traumáticas, otros signos de origen no natural y signos externos de procesos patológicos espontáneos.

Lesiones traumáticas: su descripción minuciosa permitirá, además del diagnóstico de la causa de la muerte, establecer aspectos médico legales de interés como: posición en la que se encontraba la víctima en el momento de producirse el hecho violento, la diferenciación entre suicidio, homicidio y accidente. Debe hacerse constar en el informe:

a. Naturaleza de las lesiones (contusión, herida, corte, surco, etc.)
b. Numero de lesiones.
c. Región corporal donde se localiza cada una de ellas.
d. Distancia a puntos fijos (relieves óseos, inserciones de órganos superficiales, orificios naturales).
e. Forma de la lesión o las lesiones.
f. Dimensiones, éstas nunca deben ser aproximadas sino exactas, indicando la dimensión máxima y mínima, cuando se trate de formas irregulares.
g. Dirección de la lesión cutánea.
h. Caracteres de los alrededores de la lesión (bordes lisos, irregulares, evertidos), periferia y de los líquidos que existan.
i. Por último, si la herida es profunda, debe disecarse la región por los planos para seguir su trayecto.

Deben quedar documentos gráficos (fotografías y video) de todas las lesiones.
Otros signos de origen no natural: olores y coloraciones corporales.
Procesos patológicos espontáneos: su descripción en el momento hará más comprensibles las lesiones internas. Los signos externos de estos procesos son:

a. Coloraciones anormales.
b. Desnutrición.
c. Edema.
d. Várices y úlceras varicosas.
e. Úlceras por decúbito.
f. Procesos sépticos locales.

Signos relativos a las circunstancias de los hechos: estado de los orificios naturales del cuerpo (boca, ano y vulva), existencia de señales características de maniobras de inmovilización, estado del cabello y cuero cabelludo, con especial atención a los arrancamientos traumáticos.
Examen interno del cadáver: debe ser sistemático, siguiendo un orden determinado para no omitir ningún detalle. Aunque en algunos casos puede ser conveniente alterar dicho orden. El orden es el siguiente: cráneo, cuello, tórax, abdomen, aparato genitourinario y extremidades.

Aquí concluye la primera parte de la serie de artículos sobre la autopsia y sus diferentes procedimientos. La próxima semana nos adentraremos en el examen interno del cadáver, es decir, cada uno de los pasos detallados del procedimiento de apertura del cadáver.

Bibliografía

"La autopsia". Medicina Legal y Patología Forense. Rocío Fernández Almeida.
“Revista electrónica de la autopsia”, de Benjamín García Espinosa y Manuel
López González, año 2008.

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