"... todavía quedan más pistas por descubrir."

domingo, 3 de julio de 2011

ASESINOS EN SERIE: “EL ASESINO DEL TABLERO DE AJEDREZ”



Para variar un poco con los temas publicados durante las semanas anteriores y para retomar uno por los que particularmente tengo predilección he decido incluir para esta semana otra historia de asesinos en serie. No se trata de un relato más de los ya conocidos y hasta famosos oscuros personajes de los archivos criminales norteamericanos, sino la historia del mayor asesino en serie de Rusia, Alexander Pichushkin, más conocido como “al asesino del tablero de ajedrez” o “el asesino del martillo”.

Alexander Pichushkin, nació en Mytishchi, Oblast de Moscu, Rusia, el 9 de abril de 1974. De acuerdo a los antecedentes encontrados, su padre abandonó a la familia cuando él era todavía muy pequeño, por lo que fue criado sólo por su madre. Cuando tenía 4 años de edad, Pichushkin sufrió una caída de un columpio y se lastimó la cabeza, a consecuencia de esto, ingresó a una escuela para niños con discapacidades. Era un niño solitario que casi no entablaba relaciones amigables con otros compañeros de la misma edad. Fue víctima de depresión tras la muerte de su abuelo materno.

Como en muchos casos de asesinos seriales, las personas lo conocían como una persona bien vestida, arreglada, amigable y hasta sensible, pero tenía pocos amigos. En 1992, a sus 18 años, Pichushkin cometió su primer asesinato cuando lanzó por una ventana a un compañero de clases, aparentemente porque ambos pretendían a la misma mujer. Dicho asesinato no fue investigado correctamente, algunos afirman que esto se debió al interés volcado por el juicio de Andrei Chikatilo, otro asesino en serie ruso. Por razones desconocidas, Alexander Pichushkin dejó de asesinar durante casi una década.

Inicia su record criminal

En Moscú existe el parque natural Bittsevsky, el cual es atravesado por el río Bittsa. Su tamaño y la densidad del bosque lo convirtieron en el lugar idóneo para cometer sus asesinatos. En el año 2001 comenzaron a aparecer los cuerpos de vagabundos que frecuentaban el mencionado parque. La mayoría de victimas fueron encontradas con una botella incrustada dentro de las profundas heridas en la cabeza. Muchos consideraron este acto como la firma del asesino. La explicación para el aparecimiento de las botellas fue que Pichushskin se acercaba a sus víctimas con la historia ficticia de estar de luto por la muerte de su perro, los invitaba a beber licor en la supuesta tumba de su mascota. Cuando las personas estaban intoxicadas, las atacaba por la espalda, golpeándolos con un martillo, ese fue su modus operandi en todos sus crímenes.

En un principio, ocultaba los cadáveres o era cuidadoso para esconderlos, sin embargo, en la medida que continuaba asesinando, sus ataques se volvieron más brutales y dejó de ocultar los cuerpos.

En 2002, se encontró la mayor cantidad de cadáveres y para el año 2003 se confirmó la existencia de un patrón criminal sugestivo de la existencia de un asesino en serie, al cual la prensa bautizó como “el asesino de Bittsevsky”.

A pesar del aparecimiento de los cadáveres y la poca o mucha evidencia forense encontrada, Alexander Pichuskin continúo sus asesinatos durante media década más, todos en el mismo parque. En 2007, Pichushkin llevó al parque Bittsevsky a Marina Moskaleva, una compañera de trabajo del centro comercial donde éste laboraba como acomodador de productos. Antes de irse con él, Marina Moskaleva dejó un mensaje para su hijo diciendo con quién iba a salir. El cadáver de Moskaleva fue encontrado el 14 de junio de 2007. Dos días después, la policía con ayuda de la nota fue tras Alexander Pichushkin y lo capturó en su casa; allí encontraron el martillo que utilizaba para cometer los crímenes. El asesino en serie se entregó sin oponer resistencia y durante el interrogatorio confesó todos sus asesinatos.

Durante el allanamiento en la casa de Pichushkin, la policía encontró como evidencia un tablero de ajedrez con 61 monedas pegadas en cada uno de los espacios respectivos. Posteriormente, el asesino confesó que su intención era llenar todos los espacios del tablero, asignando un espacio a cada una de sus víctimas. Después entregó a las autoridades policiales un diario y un diagrama que contenía información sobre sus víctimas. Tras todo esto, Alexander Pichushkin, el “asesino del tablero de ajedrez” dijo sin remordimiento: “salvaron la vida de muchas personas al atraparme, de lo contrario nunca me habría detenido.”

El juicio

Estando preso, Pichushkin se declaró culpable de los 61 asesinatos, aunque solo le reconocieron 49. Algo por lo que el asesino se enfadó y que incluso consideró injusto para las 12 víctimas restantes.

Como en todos los casos de asesinos seriales, todos nos preguntamos ¿Qué lo motivó?, aparentemente se trataba de un profundo componente sexual tras los brutales asesinatos, pues en la respuesta que dio Alexander Pichushkin aseguró tener orgasmos al ver agonizar a sus víctimas.

Durante el juicio se colocó una barrera de vidrio para proteger al acusado de los posibles ataques por parte de los familiares de las víctimas. Pichushkin fue sometido a exámenes psiquiátricos para determinar su lucidez o bien comprobar su cordura mental para ser enjuiciado, el resultado fue claro: sí era apto para enfrentarlo.

El juicio finalizó el 24 de octubre de 2007, tras largas jornadas de declaraciones del victimario y testimonios de algunas de las víctimas, más la evidencia forense de cada caso, el juez Vladimir Osov sentenció a Alexander Pichushkin a cadena perpetua por el asesinato de 48 personas y asesinato en grado de tentativa en 3 casos más y además fue condenado a pasar en una celda solitaria durante los primeros 15 años de su sentencia.

Para mucha gente la sentencia no fue del todo convincente ni mucho menos agradable, pensaban que la mejor forma de pagar por sus crímenes era con su propia vida, sin embargo Pichushkin no fue condenado a muerte porque este castigo fue suspendido en Rusia desde el año 1996.

Resulta complicado encontrar información detallada sobre el caso del asesino serial ruso Alexander Pichushkin, a pesar de la considerable cantidad de víctimas y lo sonado que fue en su momento, aún parte de la información es muy escueta, sin embargo, no deja de sorprender la brutalidad y el salvajismo de cada uno de los asesinatos y de la historia en general.

De acuerdo a la información revelada por las autoridades policiales, por los datos investigados y basándome en los lineamientos utilizados para la creación del perfil criminal de un asesino serial de las agencias de inteligencia norteamericanas se establece que en sus inicios, Pichushkin encajaba en el perfil de un asesino organizado debido a su capacidad para seleccionar a sus víctimas, la escena del crimen, el arma que utilizaría y hasta el mismo detalle de su “firma” en cada asesinato, además de ser meticuloso para esconder los cuerpos y no dejar demasiadas evidencias. Todo ello hizo que su carrera delictiva se extendiera por casi una década sin que fuese capaz de levantar sospechas. Sin embargo, y como suele pasar en muchos casos de asesinos en serie organizados, su deseo de matar los lleva al grado de sumar mayor brutalidad a los mismos y eso hace que se conviertan en desorganizados; creen que la policía es incapaz de capturarlos y por ello empiezan a “dejar pistas” de manera consciente, como una forma de ayudar a las autoridades y así facilitarles el trabajo. Particularmente creo que eso sucedió, casi diez años de asesinatos impunes terminaron por aburrir a Pichushkin y de a poco se convirtió en un asesino en serie desorganizado y solo así fue como las autoridades pudieron capturarlo. Estos casos no son del todo comunes, por lo general, los asesinos seriales se ubican en esas dos grandes clasificaciones (organizados o desorganizados) y en raras ocasiones pasan de una a su contraparte.

¿Qué lo pudo haber motivado? Las hipótesis son variadas, por un lado podría decir que el golpe que recibió en la cabeza cuando tenía apenas 4 años de edad pudo haber creado el daño suficiente como para convertirlo en una criatura despiadada y si a ello sumamos el extraño comportamiento durante su niñez y adolescencia, más el estado de depresión en el que cayó tras la muerte de su abuelo y la frustración provocada por la ruptura sentimental con su novia a la edad de 17 años (un año antes de su primer asesinato) y haber formado parte de un hogar desintegrado fueron factores suficientes para transformar la mente de un ser humano común y corriente en uno de los mayores asesinos seriales de la historia reciente.

Tan sorprendente es este caso y tan retorcida es la mente de Alexander Pichushkin que decidí concluir este artículo con una frase pronunciada por él durante una entrevista, en ella demuestra la típica mentalidad de un asesino en serie, además de su carencia de de remordimientos, otra característica de estos personajes.

“Una vida sin homicidios para mí, es como una vida sin alimentos para ustedes”

2 comentarios:

  1. aaaaa me encanto esta pa6ina... me puedo unir? yo estudio criminolo6ia y es bueno encontrar información tan a6radeble saludos

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  2. Gracias por su comentario, cada visitante es bienvenido y por supuesto que puede unirse a nuestro blog, ya sea como seguidor o como fan en facebook, en el costado derecho de la pantalla están las dos opciones. Si se une a nosotros en facebook se podrá enterar de nuestras nuevas publicaciones del blog porque se anuncias inmediatamente. Saludos!

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