"... todavía quedan más pistas por descubrir."

sábado, 4 de junio de 2011

SICARIATO: CUANDO MATAR SE CONVIERTE EN NEGOCIO



El sicario es una persona que mata por encargo a cambio de un precio. Es una figura conocida por el derecho romano que reguló su condena penal, por la crueldad con que se conducían estos asesinos, mediante la Ley de Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores en el año 81 de nuestra era.

La palabra sicario deriva del latín “sicarius” para designar a los asesinos que utilizaban una daga o cuchillo (Sica=punta).

En un inicio, su actividad estuvo vinculada a la política, actuando en las asambleas populares, cuando apuñalaban a sus enemigos (contrarios políticos o simpatizantes de éstos).

Su manera de hacer el trabajo difiere mucho de la de otros asesinos. Ellos deben plantear un escenario adecuado al de la víctima. Esto puede suceder de tres formas:

Público: eliminan al objetivo sin importar la presencia de otras personas, haciéndolo parecer un asalto, un acto de terrorismo o sorprendiendo a su objetivo de frente.

Limpio: eliminan solamente al objetivo, sin testigos (en caso de que existan, también son eliminados).

Disfrazado: eliminan al objetivo, sin testigos, planteando una situación que pudiera hacerlo parecer un accidente, suicidio o cualquier otra cosa distante de la realidad.

¿Qué los diferencia de los asesinos en serie?

No tienen relación directa con sus víctimas, pueden asesinar a tres o más personas, pero la diferencia entre cada uno estriba en el móvil del asesinato. El sicario mata por dinero, no tiene otra motivación más que la económica e incluso puede llegar a cobrar cifras millonarias por alguno de sus “trabajos”. Por otro lado, la mente del asesino serial funciona de manera más compleja. Se podría decir que en ambos casos, son individuos que se sienten fracasados a nivel personal o laboral y proyectan esas frustraciones en sus víctimas. Sienten estímulo a través de sus crímenes o torturas porque les excita sentirse los dueños y controladores de la situación y sentir el miedo que causan a sus víctimas.

Los psicópatas padecen una serie de anomalías psíquicas que alteran su conducta social y les impide sentir empatía hacia otras personas, por esa razón actúan como si nadie les importase, y de esa manera un sicario puede arrebatar la vida de las personas sin tener remordimientos. De acuerdo a las investigaciones, los sicarios son motivados única y exclusivamente por el dinero, sin embargo considero que también existen factores psicopatológicos de por medio.

El sicariato existe desde hace mucho tiempo. Si nos disponemos a echar una mirada a través de la historia, descubriremos que hace miles de años existían los Celotas, un grupo de radicales que defendían la independencia judía y luchaban contra la ocupación romana en Palestina.

El sicario: figura criminal aislada o parte del crimen organizado

De acuerdo a las investigaciones más recientes, existen dos tipos de sicarios. Los que prefieren trabajar solos, bajo su propia cuenta y riesgo, controlando el proceso que va desde la ubicación y estudio de la posible víctima, la negociación y ejecución. Y el otro tipo de sicario es el que, para evitar mayores complicaciones o asegurarse un salario opta por formar parte de una estructura criminal organizada y así ser el encargado de realizar el “trabajo sucio”.

Los grupos de crimen organizado están dedicados a negocios que dependen del mercado existente en la zona donde se han establecido y el control que puedan ejercer. La labor de los sicarios dentro de éstas siempre es el mismo: ejecutar los castigos.

¿Profesionales o adictos a la violencia?

Les interesa atacar las emociones. La práctica constante puede conducirlos a una adicción por la violencia. Algunos científicos opinan que la capacidad de infligir daño a otra persona tiene origen genético y también social. Manifiestan que la violencia y otras capacidades humanas son el resultado tanto de la naturaleza como de la retroalimentación en un ambiente determinado. Bajo tales condiciones, la violencia se convierte en un modo de vida para los individuos que encuentran recompensa al practicarla. En ocasiones, la violencia es reforzada al grado de que el comportamiento violento puede considerarse como una adicción, una acción obsesiva y repetitiva que representa una oportunidad para ganar dinero.

El ejercicio individual o colectivo de los asesinos tiene gran impacto social. Evocan el miedo con cada acto de tortura o asesinato, se desensibiliza a niños y jóvenes ante la violencia. La violencia psicológica tiene mayor efecto traumático y mayor permanencia en el ser humano. Los efectos de la violencia psicológica no solo permanecen en los familiares y allegados a la víctima sino en toda la población en general.

Existen seres humanos, que al estar reaccionando ante estados alterados de conciencia de manera agresiva, la convierten en una adicción. Muchos sicarios son individuos emergidos de una clase media urbana o son dañados psicológicamente por un entorno violento y miserable.

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