"... todavía quedan más pistas por descubrir."

martes, 22 de febrero de 2011

SIGNOS RECIENTES Y NO RECIENTES DE MUERTE

Antes de iniciar la lectura debo hacer mención que para mejor explicación de los temas y conceptos he decidido incluir terminología médica, debido a que facilitará enormemente la comprensión de los mismos.

Rigidez cadavérica: es el endurecimiento y retracción del sistema muscular. Se debe a la degradación del ATP en ADP y AMP. La acidificación de los músculos, combinada a su deshidratación hace aparecer la rigidez cadavérica, resultado del endurecimiento y contractura que afectan sucesivamente a todos los músculos, lisos y estriados, siguiendo una progresión descendente: primero los de la mandibula inferior, después los de la parte posterior del cuello, luego los del rostro, tronco, miembros torácicos, para terminar con los pélvicos (Ley de Nysten).

La rigidez cadavérica se extiende también a la musculatura del corazón, píloro, vesículas seminales (eyaculación post mortem), útero (expulsión del feto), vejiga, pupila (contracción), pelo y cabello. Los miembros superiores tienden a colocarse en semiflexión, frecuentemente aplicados sobre el tórax, los miembros inferiores en extensión, lo mismo que la cabeza y las mandíbulas se aprietan.

Se inicia después de la muerte, entre 2 a 4 horas, cuando el ATP disminuye a un 85% dentro del sarcómero; es completa entre las 8 a 12 horas posteriores al fallecimiento, alcanzando su máxima intensidad a las 24 horas. Desaparece entre las 36 a 48 horas. Esto sucede en un clima templado. Hay factores que alteran este proceso, tales como: el frio, que lo acelera y prolonga; el calor, que acorta el inicio y disminuye el tiempo en que se presenta; la causa de muerte, el desarrollo muscular, el cansancio antes de morir y las hemorragias intensas.

Livideces cadavéricas: es una mancha violácea que se presenta porque se deposita la sangre en las partes declives; dependiendo de la posición en la que se encuentra el cadáver, se debe a la falta de circulación y por la acción que ejerce la gravedad sobre la sangre; ésta se dirige hacia las partes declives.

Las livideces se empiezan a manifestar como unas pequeñas manchas de color violáceo, que poco a poco confluyen hasta observarse en toda la superficie que se encuentra declive, a excepción de las zonas donde alguna parte del cuerpo está en contacto con alguna superficie. Este proceso inicia entre las 2 a 4 horas después del fallecimiento, para las 8 a 12 horas ya se encuentran establecidas en toda la superficie, pero aún desaparecen a la presión; entre las 12 a 15 horas alcanzan su máxima intensidad y no desaparecen a la presión (livideces fijas). La fijación de las livideces está estrechamente ligada a la coagulación de la sangre en los capilares o bien a la coloración de los tejidos por la hemoglobina liberada por los eritrocitos y el exudado del suero.

Cuando el cadáver es removido antes de las primeras 12 horas, las primeras livideces desparecen y se forman nuevas; entre las 12 a 24 horas posteriores a la muerte, si se cambia la posición del cadáver, aparecen nuevas livideces, pero no desaparecen las anteriores. Si se mueve el cuerpo después de las 24 horas, no desaparecen las primeras, ni se forman nuevas livideces.

Los factores que pueden modificar la presencia de las livideces son: causa de muerte, hemorragia intensa, desnutrición, edad.

Enfriamiento cadavérico: este fenómeno ocurre de manera gradual, disminuyendo la temperatura de manera progresiva hasta que se iguala con la del ambiente. La disminución progresiva se presenta porque la muerte celular no se presenta al mismo tiempo, sino que unas células mueren antes y otras después.

La curva de presión térmica menciona un primer período de 3 a 4 horas, donde disminuye medio grado centígrado cada hora; el segundo período se presenta entre las 6 a 10 horas donde disminuye un grado centígrado cada hora; el tercer período disminuye de tres a cuatro grados centígrados por hora, hasta que se nivela con la temperatura ambiente.

El enfriamiento cadavérico está condicionado por varios factores como: causa de muerte, edad, estado nutricional, peso, factores ambientales.
Deshidratación cadavérica: se debe a la pérdida de agua del cuerpo por evaporación, sus principales manifestaciones se observan en los ojos.

Signo de Stenon Louis: hundimiento del globo ocular, pérdida de la transparencia corneal, que se torna opaca, formación de arrugas en la córnea, depósito de polvo en la conjuntiva, lo que recibe el nombre de tela glerosa.
Este conjunto de fenómenos se observa en el ojo abierto aproximadamente 45 minutos después del fallecimiento; en el ojo cerrado se observa a las 24 horas aproximadamente.

Signo de Sommer: mancha negra en la esclerótica, es de forma triangular y de base rígida hacia la comisura del ojo. Se debe a la transparencia de la esclerótica que deja visible el pigmento de la coroides. La capa córnea se apergamina, se forma una placa amarillenta, seca, dura, espesa con consistencia de pergamino.

SIGNOS NO RECIENTES DE MUERTE

Autolisis: disolución de los tejidos producida por las enzimas proteolíticas que se encuentran en los lisosomas.

Putrefacción cadavérica: descomposición de la materia orgánica del cadáver, es el proceso de fermentación pútrida producida por las bacterias que se encuentran en el intestino.

Las bacterias responsables se desarrollan en la materia orgánica, produciendo enzimas que actúan selectivamente sobre proteínas, grasas y carbohidratos, dando lugar a modificaciones del cadáver que conducen a su destrucción. La putrefacción se manifiesta en climas templados entre los 17º C a 24º C en cuatro períodos de la siguiente manera:

Período cromático: se aprecia una mancha abdominal de color verde y también en la fosa iliaca derecha, debido a que los clostridios y coliformes descomponen la hemoglobina en compuestos azufrados de color verde, que tiñen la piel. Este período se manifiesta entre las 24 a 36 horas del fallecimiento. En los fetos las bacterias penetran por los orificios naturales, principalmente por las vías respiratorias, por lo que la mancha verde se observa en el cuello, parte superior del tórax. En cuerpos que presentan lesiones supuradas o neoplásicas, la mancha verde aparece alrededor de las lesiones.

Periodo enfisematoso: se presenta por la producción de gran cantidad de gases derivados del metabolismo de las bacterias, que abomban y deforman el cadáver. La infiltración gaseosa invade el tejido celular subcutáneo, se hincha la cabeza, los párpados, los genitales adquieren gran volumen, el abdomen se distiende, la rede venosa se hace muy aparente adquiriendo una coloración negruzca o verduzca. Este fenómeno se observa en un período de 48 horas después del fallecimiento, completándose al término de 7 días.

Período colicuativo: en esta etapa el tejido blanco se licúa, el cadáver adopta un aspecto acaramelado entre 2 a 4 semanas; los órganos se reblandecen y se licúan, durando entre 8 a 10 meses. La próstata y el útero son los órganos más resistentes a esta fase.

Período de reducción esquelética: en término medio de 2 a 3 años, pudiendo ser hasta de 5 años, todas las partes blandas desaparecen a través de la licuefacción, los elementos más resistentes suelen ser los del tejido conectivo como cartílagos, tendones, ligamentos, etc. Puede avanzar el esqueleto hasta la pulverización en un tiempo de 50 años, inhumado; si el cadáver se encuentra a la intemperie la pulverización puede presentarse en 5 años.

2 comentarios:

  1. Muy interesante, cada día nos enseña más y más sobre este arte de la Medicina Forense, es tan amplia y tan dificil de llevar; lo vemos constantemente en nuestro país, pero lastimosamente no contamos con personal altamente capacitado y calificado por lo que se comete acada atrocidad en la busqueda de soluciones sobre asesinatos, violaciones etc...
    Lo vamos a tener que proponer para el cargo...jejejeje.

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  2. Realmente la medicina forense y todo lo relacionado a la misma es apasionante y a través del blog, intento dar a conocer los temas de los que menos se conoce, o de lo que el público está menos familiarizado. Comparto su opinión sobre la mala investigación en Guatemala, es nuestra desastroza realidad y mucho de ello se debe al presupuesto que se le asigna al sistema judicial. En relación a la propuesta para ocupar el cargo, sería un verdadero honor, urgen los cambios en materia criminalística y ciencia forense en nuestro país.

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