BALISTICA FORENSE

La balística forense es una de las ramas de la ciencia criminalística y bajo su concepto se agrupan una serie de temas muy diversos que requieren la participación de varias ciencias, que "en conjunto" tienden a resolver los hechos criminales en los que intervengan armas de fuego.

El punto de vista con el que se le aborda en la ciencia criminalística es muy distinto al militar o al técnico en armamento. Abarca los siguientes campos:

Balística Funcional o Mecánica: determina las características y el estado de funcionamiento de las armas de fuego, especialmente en lo que se refiere a sus sistemas de seguridad.

Balística Externa: abarca todos los fenómenos que ocurren desde que el proyectil abandona el arma hasta que impacta en el blanco.

Balística Identificativa: establece una relación de identidad entre los casquillos y/o proyectiles recuperados con ocasión de un hecho delictivo y aquellos otros indubitadamente disparados por el arma sospechosa de haberlo cometido.

Balística de Efectos: trata sobre las consecuencias que un proyectil ocasiona sobre el blanco en el que impacta en virtud de su poder de penetración o detención, fundamentalmente.

Balística de las Heridas: es una subdivisión de la balística de efectos y se ocupa del estudio objetivo de los efectos que las balas de las armas ligeras producen sobre el cuerpo humano. Y los efectos que las balas pueden ocasionar sobre el cuerpo humano son:

1. Efecto hidráulico: se basa en el hecho de que todo sólido que penetra bruscamente en un líquido encerrado, llenando por completo un recipiente, ocasiona sobrepresión sobre el mismo (proporcional al cuadrado de la velocidad incidente del sólido)que es capaz de hacer estallar dicho recipiente.

2. Efecto traumático: es un hecho real, pero no perfectamente explicado por la medicina, fundamentalmente por las grandes dificultades que se presentan cuando se pretende llevarlo al campo experimental.

3. Efecto Hidrodinámico: es de escasa importancia. Según la bala profundiza en su penetración, se van produciendo cizallamientos y desplazamientos del tejido muscular que componen el propio mecanismo de lesión; pero al mismo tiempo aparece una onda de choque, breve e intensa que se desplaza por el tejido biológico a mayor velocidad que el proyectil (superior a la velocidad del sonido)y por delante de él. Puesto que esta onda no ocasiona desplazamientos ni transporte de los tejidos, no son de esperar lesiones de ninguna clase.

De acuerdo a estudios realizados con armas cortas de los calibres más usuales disparando sobre un bloque de gelatina (los efectos que se ocasionan se consideran comparables a los que se obtendría sobre tejido muscular animal) a distancias a las que habitualmente se efectúan los disparos (3 a 15 metros), han permitido las siguientes conclusiones:

El impacto mortal con un fulminante fuera de combate, solo se consigue sobre órganos vitales como el corazón, cerebro, grandes vasos y bulbo raquídeo.

Solo si el proyectil incide en el organismo con velocidad próxima a los 400 mts/seg se ocasiona un intenso efecto hidráulico.

Un impacto a quemarropa en la cabeza, con munición 9 mm produce estallidos de la bóveda craneal por sus líneas de fractura, con salida de la masa encefálica.

Los impactos sobre las extremidades solo son eficaces si el hueso resulta afectado.

Estos tres efectos que considera la balística de las heridas son de gran complejidad y su estudio está reservado a la Medicina. Pero estos efectos son precedidos por una herida que es radicalmente distinta según la parte del cuerpo humano en que se produzca y el tipo de arma que la cause, con influencia del calibre, naturalmente. Y es aqui, donde adquiere un papel importante para la criminalítica porque se debe determinar el carlibre del arma que efectuó el disparo, la distancia a la que se realizó y la trayectoria que siguió.

Después de un disparo, la bala es acompañada a corta distancia por:

1. Gases de la explosión, humo, restos carbonosos y los productos procedentes de la combustión de la pólvora y por los residuos del fulminante.

2. Por la llama procedente de la deflagración de la pólvora.

3. Por los granos de pólvora no quemados que son proyectados en un haz de forma cónica y representan otros tantos pequeños proyectiles secundarios.

Por todo ello, en una herida producida por un arma de fuego, nos vamos a encontrar con características constantes (que nos permiten reconocerla) y con características de proximidad (que nos permiten reconocer la distancia del disparo).

Las características constantes son:

a) Orificio de entrada.
b) Collarete erosivo: resultado de la excoriación epidérmica alrededor del orificio de entrada.
c) Anillo de suciedad: es un ribete negro, circular, que se sitúa en el borde del orificio de entrada, sobre el collarete erosivo. Este anillo está formado por la herrumbre, partículas metálicas, granos de pólvora y suciedad que hbiera en el arma antes del disparo.
d) Infiltración hemorrágica que señala la contusión de la piel.
e) Orificio de salida.

Las características de proximidad son:

a) La estrella: la fuerza de expansión de los gases provoca una herida contusa con bordes irregulares, estrellada y sobre todo, una cavidad anfractuosa debido al despegue de los tegumentos. Sus paredes están tapizadas por restos negruzcos compuestos de humo, partículas metálicas, granos de pólvora mezclados con sangre y fibras de la ropa.

b)La quemadura: la combustión de la pólvora de propulsión del proyectil produce gases muy calientes que siguen su misma dirección.

c) La mancha: es una aureola nebulosa que representa el depósito de pólvora de los productos de la combustión.

d) Tatuaje: proceden de los granos de pólvora no quemados, cuya fuerza de penetración es suficiente para desgarrar la epidermis e incrustarse.

Un caso particular de las heridas producidas por arma de fuego está formado por las producidas por armas de caza.

Las heridas a cañón tocante en la cabeza producen efectos muy graves, a veces mutilantes, por dos factores: la carga de proyectiles que entra en el interior del cráneo y libera toda su energia produciendo una violenta presión interna, y los gases procedentes de la combustión de la carga de propulsión. El resultado de este aumento de presión en la estructura rígida del cráneo es su explosión.

Las heridas en la cabeza producidas a distancias próximas son casi tan graves como las anteriores porque los perdigones todavía se desplazan formando una sola y única masa.

Las heridas a cañón tocante producidas en el tronco parecen relativamente sin importancia en comparación con las destrucciones masivas que provocan las anteriores. El orificio de entrada es sensiblemente circular y de diámetro aproximadamente igual al del cañón. Los gases que penetran en la herida producen dilatación de las paredes torácicas o abdominales que envuelven la boca del arma de fuego y quedan marcadas con su silueta e incluso, a veces, por su punto de mira.

También hay que tomar en cuenta que en distancias comprendidas entre los 30 y 90 cm suelen ser observables unas marcas en forma de pétalo o de cruz de Malta, en torno al orificio de entrada producidas por el plástico de copa que alija los perdigones; a distancias mayores, los tacos se desvían de la trayectoria de los proyectiles y pueden dejar su marca al lado del orificio de entrada, sin penetrar.

Es importante tener en cuenta que en todos los casos de heridas producidas por escopeta, la distnacia de disparo puede ser determinada con precisión, mediante la ejecución de disparos experimentales que son necesarios realizar con la misma arma y tipo de cartuchos utilizados en los hechos.