"... todavía quedan más pistas por descubrir."
martes, 22 de febrero de 2011
ENTOMOLOGÍA FORENSE Y ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS
Un poco de historia…
La presencia de moscas está documentada en escritos como la serie Harra Hubulla, hace unos 3,600 años. En dicho escrito se menciona por primera vez a la mosca verde y a la mosca azul, Lucilia y Calliphora respectivamente, comunes en los casos forenses. En las civilizaciones antiguas, las moscas y escarabajos aparecían como amuletos, en sellos cilíndricos, incluso como un dios, además de todos es conocido que aparecen como plagas en la historia bíblica.
El nacimiento de la entomología médico criminal se produjo en el siglo XIII en China, en el año 1235 A.C., Sung Tzu escribió el primer libro: “The Washing Away of Wrongs”, es justo aquí donde aparece el primer documento escrito de un caso resuelto por la entomología forense.
Fue hasta mediados del siglo XIX, en Francia, cuando la ciencia surgió como tal. Orfila, en 1848, listó 30 insectos y otros artrópodos que colonizaron el cuerpo. Bergeret en 1855, aplicó este conocimiento en un caso criminal por evaluación de la fauna de insectos.
J.P. Megnin amplió y sistematizó los estudios en su publicación: “La fauna de las tumbas” en 1887 y “La fauna de los cadáveres” en 1894, identificó ocho etapas de descomposición humana, los estados de descomposición humana. Estos estados de descomposición fueron seguidos por Leclercq en 1969, Easton y Smith en 1970. La ecología y el comportamiento general de las moscas de importancia forense fueron tratados extensamente por Greenberg en 1973 y Putman diez años después. La sucesión de la fauna se estudió en varias regiones con cadáveres no humanos, desde lagartos hasta cerdos, brindando información importante sobre la estructura, colonización, estacionalidad y preferencias.
La entomología médico criminal entró en una fase de rápido crecimiento y desarrollo a partir de las reseñas de Leclercq y Nourteva y se convirtió en una disciplina exacta y referida a la teoría y práctica forenses. Los precursores han sabido integrar la entomología con la ciencia forense, y los criminólogos han rescatado muchos detalles para obtener conclusiones útiles, así como una visión completa sobre el tema.
¿Qué es la entomología forense?
Es el estudio de los artrópodos asociados con cadáveres, se utiliza, entre otros propósitos, para estimar el tiempo transcurrido desde la muerte o intervalo post mortem y la identificación de los posibles traslados del cuerpo, así como las características de las zonas de procedencia.
Para hacer un breve resumen de cómo funciona imaginemos el siguiente cuadro: los episodios post mortem inician con los dípteros, luego aparecen los coleópteros y durante un tiempo convivirán en nichos, por último convivirán con ellos, ácaros y lepidópteros. La secuencia de colonización de las especies implicadas variará en función de múltiples parámetros, entre los que se puede mencionar la región biogeográfica, la época del año y las características ambientales particulares donde se encuentre el cadáver.
El tiempo transcurrido desde la muerte del individuo es un tema de crucial importancia desde el punto de vista legal, para establecer la culpabilidad o para identificar a la persona desaparecida. Uno de los métodos para determinarlo es la observación externa del cadáver, que incluye factores como: temperatura corporal, livideces cadavéricas, rigidez, signos de deshidratación, lesiones externas, acción de animales e invasión de insectos. En el cuerpo humano se puede estimar por diferentes métodos: histológico, químico y zoológico. Sin embargo, transcurridas aproximadamente 72 horas, la entomología forense es usualmente el mejor método y en muchos casos, el único para establecer el intervalo post mortem.
De acuerdo a la bibliografía consultada, existen dos métodos para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte usando la evidencia de los artrópodos, el primero utiliza la edad y el desarrollo de larvas; el segundo utiliza la sucesión de artrópodos en la descomposición del cuerpo. Ambos métodos se pueden utilizar por separado o en conjunto, siempre dependiendo del tipo de restos que se están estudiando. Generalmente, en las primeras fases de descomposición las estimaciones se basaen en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos, particularmente dípteros, mientras que en las fases más avanzadas se utiliza la descomposición y grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos encontrada en el cuerpo y se compara con patrones conocidos de sucesión de fauna para el hábitat y condiciones más próximas.
Variedad de insectos y sustancias que los atraen
Toda vez que un cuerpo cesa sus procesos vitales comienza su descomposición, iniciando desde la base de su estructura, es decir, las células. La muerte de éstas se da progresivamente hasta la descomposición total del cuerpo. La producción de sustancias volátiles comienza en el proceso de autolisis en un medio anaerobio, lo que favorece un rápido crecimiento de las bacterias del sistema digestivo. La mayoría de éstos organismos actúan de manera casi inmediata degradando carbohidratos, proteínas y lípidos, produciendo ácidos, gases y otros productos que son las bases de los cambios de color, olor y consistencia e un cadáver y que constituyen los primeros signos evidentes en el mismo, proceso conocido como putrefacción.
De los productos de la fermentación, los más destacados son los gases metano, hidrógeno, sulfuro de hidrógeno y dióxido de carbono. La flora entérica produce gran variedad de ácidos orgánicos, en particular, ácido láctico, ácido acético, ácido propiónico y ácido acetoacético. En conjunto, son los responsables de crear un ambiente ácido en el cuerpo en descomposición. Otros productos de importancia forense son los que resultan de la fermentación de los alcoholes (etanol y butanol) y acetona. Durante la descomposición, también destaca la desnaturalización de las proteínas por la acción de exoenzimas que producen las bacterias, este proceso se da a nivel del citoplasma bacteriano. Durante este proceso de descarboxilación se produce el sulfuro de hidrógeno, putrescina y cadaverina, lo que le da el olor característico al cadáver.
ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS
Repasaremos a continuación algunos conceptos de terminología básica en medicina forense y que encajan perfectamente en este tema en particular.
Tanatología: rama de la medicina legal que se encarga del estudio del cadáver, así como de los cambios reductivos o conservadores que presenta el cuerpo con el paso del tiempo.
Tanatosemiología: estudio de las transformaciones que se presentan en el cadáver, desde el momento en que se presenta la muerte a través de los signos y procesos que se observan. Estudia los signos recientes de muerte como deshidratación, enfriamiento, rigidez muscular y livideces cadavéricas. Hay signos de muerte no reciente como putrefacción, antropofagia cadavérica o fenómenos conservadores del cadáver como la saponificación, momificación y corificación.
Cronotanatodiagnóstico: es determinar, basándose en los signos cadavéricos, el tiempo aproximado que ha transcurrido desde el momento de la muerte hasta que es solicitada la intervención del criminalista.
Tanatolegislación: conjunto de normas que regulan el tratamiento del cadáver, los procedimientos administrativos y judiciales, así como la documentación correspondiente.
Necropsia médico legal: procedimiento médico quirúrgico, técnico y científico destinado a determinar las causas de muerte y las condiciones en las que se produjo, mediante la apertura sistemática, ordenada y completa del cuerpo. En nuestro país corresponde al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).
Biotanatología: estudio de los organismos que se nutren, procrean, se desarrollan o habitan el cadáver. En este apartado se estudia la entomología forense.
Embalsamología: estudio y aplicación de procedimientos que conservan artificialmente el cadáver.
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