"... todavía quedan más pistas por descubrir."
jueves, 12 de enero de 2012
AGRESIÓN, HOSTILIDAD, VIOLENCIA Y DESTRUCTIVIDAD HUMANA
Después de varias semanas sin publicar temas relacionados directamente con la psiquiatría forense, hemos decidido retomarlos y dar paso a un aspecto inquietante y común en la sociedad. La agresión es un ataque no provocado, o hábito de ser agresivo. Es una tendencia o conducta hostil que es contraria al derecho de otro.
Consideraciones generales
Es imposible una delimitación precisa de los conceptos de agresión, ataque, hostilidad, violencia y destructividad y de sus contrapartes dialécticas: alejamiento, defensa, paz, ternura y creatividad. Ellos tienen implicaciones antropológicas, económicas, jurídicas, psicológicas y psiquiátricas.
Delimitación dialéctica
La agresión es la disposición y la energía, que conjuntamente como impulso innato del ser humano se expresa en las diversas formas individuales y colectivas, promoviendo su identidad. Ellas son aprendidas de la sociedad por la educación y modificadas con la experiencia. La agresividad puede o no ser lesiva para el otro.
La hostilidad es la agresividad orientada no hacia otro sino contra otro con el objetivo consciente o inconsciente de generar daño o dolor.
La violencia es la manifestación abierta, manifiesta, desenmascarada, brutal de la agresión. El ser humano es agresivo por naturaleza. Sólo adquiere violencia gracias al proceso de represión de la agresión sana y al aprendizaje de conductas violentas.
Escalamiento de la agresión a la violencia
Cuando un ser humano en desarrollo encara y enfrenta lo que no es él mismo, surge el sentido de extrañeza. La sustitución de la extrañeza por otro sentimiento se efectúa merced a un acercamiento o alejamiento físico que lleva consigo una aproximación, una agresión emocional y emocionada. En el continuo que va de la agresión amorosa a la violencia homicida hay una sucesión de acontecimientos cuyo orden esquemático es el siguiente:
1. Agresión libre: es la agresión comunicativa, productiva, autoafirmativa. Sus efectos se encauzan en toda actitud curiosa, investigadora, exploradora, de acercamiento. Se vincula con el asombro, el impulso de descubrimiento, y constituye el sustento del conocimiento, de la socialización, de la creatividad artística.
2. Agresión polarizada: la decisión, tanto en el hombre como en el animal, significa escoger de entre dos posibilidades. Así las posibilidades sean múltiples la decisión sigue siendo el resultado último de la polarización.
3. Potencialidad: la agresión, la hostilidad, la violencia y la destructividad coexisten potencialmente en el ser humano desde su nacimiento.
Origen y causa de la agresión y de la violencia
La totalidad del organismo participa en toda la conducta. Las estructuras citadas a continuación son más bien funcionales que anatómicas y tienen que ver con la agresividad, la violencia y también con la pacificación, así como con las conductas alimentaria y sexual.
Bases fisiológicas de la agresividad
Existen evidencias de la participación de la serotonina en las conductas agresivas inducidas en ratas y ratones, aunque no se ha podido demostrar su participación directa. La agresión inducida por aislamiento puede ser disminuida por la administración de PCPA (paraclorofenilalanina) o por lesiones del rafe, en ambos casos se reduce la serotonina. Algunos investigadores han registrado un aumento de la lucha de L-dopa, ya sea sola o en combinación con IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa) o inhibidores de DBH (dopamina betahidroxilasa). Basándose en estas y otras experiencias, parecería que la estimulación del receptor dopaminérgico en el cerebro, se relaciona con la lucha espontánea. En general, se ha sugerido que las catecolaminas están relacionadas con la conducta agresiva, inhibiéndola.
Existe un gran número de evidencias de que las hormonas desempeñan un papel muy importante en la motivación y control de la conducta agresiva. Los andrógenos han sido objeto de intenso estudio en el campo de la agresión.
En la especie humana, varias áreas de investigación apoyan la hipótesis que implica factores genéticos y biológicos en la agresión: estudios de familias y de gemelos muestran un incremento de la criminalidad en sujetos adoptados, con padres biológicos criminales, estudios de niños hiperactivos, estudios de búsqueda de cariotipo XYY, etc., sugieren un componente genético en las alteraciones de la conducta agresiva en el hombre.
A nivel neurológico, se ha observado que un número importante de áreas del sistema límbico han sido relacionadas con episodios de agresión; la estimulación o ablación de estas áreas confirma su papel en este tipo de conducta. En los humanos, tres estructuras son de particular interés: la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo. La ablación de la amígdala modifica sustancialmente estas formas de conducta: reduce el temor, la agresividad, hay modificaciones en los patrones de ingesta de agua y alimentos, etc. Otros sitios del sistema nervioso central han sido tratados quirúrgicamente para el control de las alteraciones conductuales de la agresividad como el cíngulo, el hipotálamo, el tálamo, pero todas las estructuras, la cirugía de la amígdala es la que proporciona mejores resultados.
Aspectos psicológicos
Dialéctica de los instintos básicos: el ser humano lleva consigo energías potenciales innatas, orientadas a mantener la propia vida y a conservar la especie, así como dialécticamente, a la eliminación de la propia vida y a la extinción de la propia especie. Todos se expresan parcialmente como impulsos dinamizados por fuerzas que, si van orientadas hacia dentro, pueden tomarse en pasividad y control. Los impulsos básicos en el ser humano, como en todo animal, se lanzan más o menos agresivamente a la satisfacción de sus necesidades básicas, como son el comer y ayunar, movilizarse y reposar, socializar y aislarse, mantener su identidad y confundirse en la masa.
En la medida en que cada una de las necesidades básicas no pueda ser satisfecha, la pulsión agresiva necesaria, tendiente a la búsqueda de la satisfacción, se intensificará gradualmente e irá surgiendo la violencia.
Dialéctica de las emociones: las diversas situaciones de la vida, desde que el ser humano nace, generan sentimientos diversos de alegría, bienestar y satisfacción o sus contrapartes de pena, dolor, disgusto o insatisfacción. Los sentimientos penosos de sometimiento, humillación, miedo, dolor, angustia y depresión, generan sentimientos de odio, ira, cólera y rabia que por gradaciones imperceptibles se tornan violentos.
Agresión y depresión: la agresión es una forma de expresión. Toda actividad humana entraña una dosis de agresividad. En oposición a la agresión se encuentra la depresión que en buena parte viene a constituir una inadecuada expresión de la agresividad. Ésta se acumula interiormente y puede implosionar hasta el punto del suicidio.
Agresión y desarrollo: educación y violencia. La autoridad es, de hecho, agresiva. Las experiencias de los primeros años son fundamentales en el desarrollo del amor y del rechazo. La no participación en situaciones agresivas impide el despliegue de una agresividad saludable. La agresión sana se desarrolla con el aprendizaje de canales adecuados para su expresión.
Influencia ecológica: la naturaleza ha sido y es violenta con el hombre. El ser humano ha pretendido dominar a la naturaleza. Buena parte de la actual violencia del ser humano surge de la ruptura del equilibrio ecológico producida por él mismo.
Sistematización de la agresión
La agresión puede ser enfocada desde diferentes puntos de vista:
1. La agresión puede ser hacia afuera como explosión o hacia dentro como implosión. La agresión hacia el exterior es la que conduce al ser a la intimidad o, si se expresa como violencia, al terror o incluso al homicidio. La agresión hacia el interior va desde el autorreproche hasta la implosión violenta de rabia hacia sí mismo, la automutilación y el suicidio.
2. Desde otro punto de vista, la agresión puede ser espontánea y desorganizada, sin propósitos prefijados o bien puede ser organizada, premeditada, sistemática, con objetivos previos (genocidio, terrorismo). También tiene la agresión reactiva ante cualquier amenaza que atente contra la supervivencia lo los intereses vitales.
3. La sistematización puede hacerse, considerando que, por una parte, está el que actúa, el agente, el agresor, el victimario y, por otra parte, aquel sobre el cual actúan las conductas mencionadas antes, constituyendo el paciente, el agredido o la víctima. En la autoagresión, cuyo paradigma es el suicidio, convergen ambas partes.
4. Por el número de participantes, puede ser individual, grupal o masiva. Dentro de este criterio numérico, la agresión puede ser de uno contra uno (en las peleas), de uno contra muchos (caso de asesinato masivo), de muchos contra pocos (linchamiento), de muchos contra muchos (guerra).
5. Según la situación biológica individual: género, edad, raza.
6. Por la dirección objetiva, finalista de la conducta, han de considerarse el botín, el rival, el territorio y la prole.
7. Por la circunstancia geográfica e histórica en que aparece.
8. Por la motivación vinculada a los prejuicios y a las ideologías, la agresión puede ser política, económica, religiosa, social y clasista.
9. Según quien la ejerza, puede ser legal (cuando el agresor es el Estado, guerra, cárceles y hasta la policía), o ilegal, cuando el agresor no tiene poder de contratación (terrorismo, guerrillas, revoluciones y hasta la delincuencia).
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