"... todavía quedan más pistas por descubrir."

sábado, 14 de mayo de 2011

VICTIMOLOGIA: II PARTE



Continuando con el estudio de la victima (del latin “vencido”) resulta interesante en cuanto al rol participante de la misma. Debemos ser conscientes de la relación causal entre el delito y la contribución de la víctima o agraviado, por lo cual resulta importante el ejercicio de poder determinar cuáles son los aportes del agresor y la víctima en el hecho criminal.
Clasificación y tipos de víctimas

1. Víctimas participantes: forman parte en el origen del delito, en ocasiones intervienen voluntariamente en el crimen. Sucede cuando la víctima no cierra las vías de acceso a su residencia, deja a la vista un objeto de valor dentro de su vehículo, camina por la calle a altas horas de la noche en un barrio catalogado como peligroso, etc. En otras ocasiones, su intervención es aún más decisiva, provocando el suceso. También surge el concepto de víctima alternativa, refiriéndose a las personas que se sitúan de manera voluntaria en posición de serlo, dependiendo de la situación, como víctima o como victimario. La mayor contribución se produce en el supuesto de las víctimas voluntarias, que instigan el delito o lo pactan libremente.

2. Víctimas No Participantes: también se denominan víctimas inocentes. Su intervención no desencadena el hecho criminal. La relación entre el victimario y víctima es irrelevante. Dentro de esta categoría se incluyen las víctimas accidentales e indiscriminadas. Las víctimas accidentales son sustituidas por el azar en el camino del delincuente. Un caso típico es el de un cliente que se encuentra en un banco al momento de un atraco o quien es atropellado a causa de la imprudencia al conducir de otra persona. Las víctimas indiscriminadas integran un sector más amplio, al no sustentar en ningún momento vínculo alguno con el culpable. Un ejemplo común lo constituyen los atentados terroristas, en los que con frecuencia no existen motivos personales contra los agraviados.

3. Víctimas Familiares: como se indica, las víctimas pertenecen al círculo familiar del agresor y por lo tanto, son vulnerables por su relación de convivencia o doméstica con el infractor. Los malos tratos y las agresiones de tipo sexual en el hogar tienen principalmente como objeto pasivo a los miembros más débiles: las mujeres y los niños.

4. Víctimas Colectivas: forman parte de los delitos que ponen en peligro determinados bienes cuya titularidad no corresponde a una persona natural sino jurídica, comunidad o Estado, por ejemplo: delitos financieros, fraudes al consumidor, delitos informáticos. En estas infracciones destaca la despersonalización, colectivización y anonimato entre las relaciones del agresor y el ofendido.

5. Víctimas Especialmente Vulnerables: son las personas que ofrecen predisposición victimógena específica. Entre las circunstancias se encuentra la edad, ya que los niños y los ancianos representan resistencia que en ocasiones puede ser ineficaz. También el estado o condición física o psíquica del sujeto, debido a la mayor debilidad provocada por enfermedades. La raza o el sexo, también representa vulnerabilidad, las mujeres pueden ser víctimas de delitos en el círculo familiar o laboral. Los homosexuales pueden ser víctimas de ciertos delitos como chantajes o agresiones físicas. Algunos factores sociales que proporcionan mayor victimización pueden ser: posición económica, estilo de vida, ubicación de la vivienda, grupos marginales, etc., Incluso la profesión u oficio de la persona, en ocasiones representa riesgo o se catalogan como riesgosas (policías, guardias de seguridad, taxistas, empleados de instituciones bancarias, tenderos, comerciante informal, sexoservidoras, etc.)

6. Victimas Simbólicas: algunas personas sufren actos dirigidos a perjudicar a un determinado sistema, partido político, ideología, secta o familia a los que pertenece el agraviado, siendo un elemento representativo en los mismos. En nuestro país, pueden considerarse como ejemplos: el asesinato de líderes estudiantiles durante el conflicto armado interno, el asesinato de candidatos a cargos públicos e incluso a la primera magistratura y también algunas masacres familiares.

7. Falsas Víctimas: son las personas que denuncian un delito que en realidad no ha existido, ofrecen doble modalidad: son simuladoras porque actúan conscientemente con el fin de provocar un error judicial, y son imaginarias porque creen erróneamente (por causas psicológicas o de inmadurez psíquica) haber sufrido un acto criminal.

Clasificación de Mendelsohn:

1. Víctima completamente inocente o ideal: es la persona que nada ha hecho o nada ha aportado para desencadenar el crimen.

2. Víctima de culpabilidad menor o por ignorancia: el delito ocurre por un acto poco reflexivo de la victima que no prevé el riesgo.

3. Víctima voluntaria: distingue las siguientes modalidades:

a. Los que comenten suicidio.
b. Suicidio por adhesión.
c. Caso de eutanasia, la victima implora que se le ayude a morir.
d. La pareja criminal.

4. Víctima más culpable que el infractor: distingue dos variantes:

a. Provocadora: aquella que por su conducta incita al autor a cometer el hecho criminal.
b. Imprudente: se determina el hecho por falta de cuidado de la víctima. Por ejemplo, dejar un automóvil mal cerrado.

5. Victima culpable: considera 3 variedades:
a. Victima-Infractor: como el caso de legítima defensa.
b. Victima simulante: la que denuncia y logra imputar un hecho criminal con el objeto de que la justicia cometa un error.
c. Victima imaginaria: no existe infracción, pero se denuncia por hecho imaginario.

Clasificación de Fattah:

1. Víctima provocadora: se subdivide en dos grupos:

a. Tipo pasivo: victima por negligencia o imprudencia, favorecedora del crimen, incitando indirectamente al delincuente.
b. Tipo activo: en este caso la víctima desempeña un rol más relevante. Tiene 2 variantes:
i. Víctima consciente: incita a la acción como agente provocador.
ii. Victima no consciente: no incita al acto, pero provoca por sus acciones conscientes o inconscientes.

2. Víctima participante: se presenta en la fase de ejecución del hecho.

Clasificación de Shafer:

1. Victima sin relación con el criminal: la que no tiene ningún nexo con el victimario.

2. Victimas provocativas o provocadoras: el acto delictivo se realiza como efecto de la incitación que origina la potencial víctima sobre el futuro ofensor, haciendo algo en su contra.

3. Víctimas precipitadas: son víctimas potenciales que sin efectuar nada en contra del futuro criminal, lo incitan o inducen con su particular forma de conducta.

4. Víctimas biológicamente débiles: aquellas cuya constitución o situación física o estado mental induce en el potencial victimario la idea del acto criminal.

5. Víctimas socialmente débiles: aquellas no bien vistas por la sociedad.

6. Víctimas auto-víctimas: se victimizan a si mismas.

7. Victimas políticas: victimas resultantes a causa de sus ideas políticas.

Con todo lo anteriormente expuesto, se considera al delito como una interacción tanto física como conductual, que es observable y que puede variar. Además, para que se llegue a concretar, se necesita lo que se conoce como “pareja criminal” que está compuesta por las acciones y omisiones, tanto del victimario como de la víctima.

Algunos autores consideran que el estudio de la victimología es de carácter multidimensional, teniendo un amplio contenido, tanto en el contexto de la antropología, como de la sociología, religiosidad, psicología y el derecho. Otros la consideran desde el punto de vista disciplinario y autónomo, incluyendo en su estudio a las víctimas como personas naturales y jurídicas.

Se concluye que el estudio de la victimología va más allá de la criminología, ya que interesa también al derecho penal y otras disciplinas que se velan por la asistencia a la victima que solicita ayuda, por lo que de esta manera se justifica su autonomía. Es imposible desconocer que el hecho de ser víctima, ya sea como consecuencia de un hecho criminal o de una acción no delictiva genera problemas psicológicos, sociales, económicos, de salud, etc.

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